Adaptación biológica: archivos vivientes de ambientes pasados

Podemos considerar a los organismos como parte constituyente del medio en el que sus predecesores vivieron y se reprodujeron. Las adaptaciones nos permiten reformar las circunstancias en las que los antepasados progresaron, ya que la adaptación supone la incorporación de información sobre el mundo. Las fuerzas selectivas suponen una información importante, con frecuencia muy detallada, en relación a los trazos estables y duraderos del medio de un organismo. Las adaptaciones son soluciones, asumidas por la selección natural, frente a conflictos muy específicos, determinados por las regularidades del medio a las que hacen frente los predecesores de un organismo durante la evolución de su especie; un medio que es físico, químico, evolutivo, ecológico y social. De esta forma, un organismo hereda de sus progenitores un modelo de los trazos de su mundo, de su enfrentamiento con su entorno, o sino, con su mundo y con sus predecesores más distantes. Esto es un archivo de sus ambientes ancestrales.

La construcción inversa expresa el diseño preciso de las alas de los buitres y de los albatros. A la inversa, un marciano que jamás hubiera visto pájaros de la tierra podría deducir de sus alas las diferentes circunstancias atmosféricas en las que se usan, para traza un plan parar, a favor de las corrientes de aire, y para navegar, con movimiento horizontal de aire, aunque con una velocidad desigual. Esta información exacta queda evidenciada en las alas a través de una interacción entre los predecesores de los pájaros y su medio ambiente.

Por lo tanto, la construcción inversa (el estudio de las soluciones adaptativas) y la restauración del medio ambiente (el estudio de conflictos adaptativos) son complementarios. Son trazos interdependientes de la comprensión de las adaptaciones.

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