Abel Gance (1889-1981), director de cine francés que tuvo una gran influencia como autor y como técnico en las iniciales etapas del arte cinematográfico.
Nació en París. Atraído inicialmente por el teatro (era un rendido admirador de Sarah Bernhardt), pronto inició a redactar guiones y a realizar cintas. Una imaginación desbordante y un lenguaje formal fuera de lo común caracterizaron ya sus iniciales productos mudas, como Mater Dolorosa (1917, versión sonora de 1932) y La décima sinfonía (1918). Utilizó el cambiador montaje introducido por D. W. Griffith y lo llevó a su extremo en ¡Yo acuso! (1919, versión sonora de 1938) y en la impresionante y melodramática cinta La rueda (1923). Con esta última, se le atribuyó el merecimiento de haber alto el cine a la categoría de arte.
Gance fue un precursor vanguardista: inventó nuevas técnicas de rodaje, como la disposición de la cámara sobre un trineo o un caballo, el empleo de sobreimpresiones múltiples o la pantalla triple (antecedente de los formatos panorámicos). Igualmente adivinó la introducción del sonido. Su obra más célebre es la monumental Napoleón (1927), inicialmente de 195 minutos, que desde su debut en la Ópera de París ha sido objeto de copiosas revisiones, la más importante de las cuales fue la versión sonora de 1935. Tras el fallecimiento del director, la cinta fue restaurada y comercializada en 1981 por Francis Ford Coppola con música de su padre, Carmine Coppola. Aún hoy, esta cinta sigue siendo identificada como uno de los más importantes archivos fílmicos de la historia del séptimo arte.
Sus últimas cintas incluyen Austerlitz (1960) y Cyrano y D’Artagnan (1963), que tuvieron poco triunfo. Decepcionado, se retira de su vida profesional para fallecer casi olvidado por la industria cinematográfica francesa a la que él tanto había trabajado. Pero, antes había sido condecorado con la Legión de Honor, la Orden Nacional del Mérito y nombrado Caballero de las Artes y las Letras.
— 54 visualizaciones.