Al-Andalus: economía y sociedad

Al-Andalus se incorporó al sistema económico del mundo islámico, un mundo fuertemente urbanizado. Sus ciudades eran centros de producción artesanal y de un activo comercio. Al-Andalus mantuvo relaciones mercantiles con la civilización islámica y con los países cristianos. La agricultura tuvo un papel secundario, aunque aportó importantes novedades como la intensificación del regadío y la introducción de nuevos cultivos. La población fue muy heterogénea. La religión actuó como el principal elemento diferenciador entre musulmanes, cristianos y judíos. Había también diferencias étnicas entre los musulmanes, que se encontraban formados por distintos grupos tales como árabes, bereberes, hispanos, negros del Sudán y eslavos. Ateniéndonos a criterios económicos existían diversas categorías sociales: de un lado, la jassa, clase social más elevada, representada por la aristocracia árabe, y de otro, la masa popular urbana o amma, de la que formaban parte sobre todo muladíes y mozárabes. En el mundo rural predominaron los aparceros, los pequeños propietarios vinculados al Estado mediante el pago de tributos y los campesinos adscritos a la tierra.

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