Tipo de imprenta, inicialmente, bloque paralelepipédico con el que se componían los escritos y se transferían al papel mediante la impresión.
Cada tipo era un bloque metálico paralelepipédico de 2,5 cm de longitud que llevaba en una de sus caras una letra o un carácter en relieve. Las líneas de tipos se componían, se entintaban y se ponían en la redacción de imprimir, que oprimía el tipo contra el rol u otro tipo de soporte, produciendo una imagen legible (véase Imprenta). A pesar de que la etapa de mayor apogeo de los tipos metálicos y la impresión en relieve quedó atrás hace tiempo, la palabra ‘tipo’ sigue describiendo un carácter de impresión independientemente del material, ya sea éste metal, cinta o soporte magnético, o incluso esté almacenado en forma de una serie de fórmulas matemáticas en una computadora. Véase Técnicas de impresión.
Una familia de tipos se encontraba compuesta convencionalmente por todos los caracteres del alfabeto, mayúsculas y minúsculas, en un tamaño y estilo,e igualmente incluía los números, señales de puntuación y caracteres especiales. La palabra ‘fuente’ se emplea en la actualidad para detallar todos los elementos previos más las cursivas, finas y negras de la misma familia de tipos. Una tipografía está compuesta por los conjuntos de caracteres representados por todos los tamaños y grosores de una específica clase de letra.
El tamaño del tipo depende de la dimensión vertical del cuerpo (esto es, la distancia desde la parte más baja de una letra con trazo descendente —g, p— hasta la más alta de una letra con trazo ascendente —b, h). La unidad habitual de medida de los tipos es el punto. En algunos países europeos se emplea el sistema Didot, en el que el punto equivale a 0,0376 cm. En Estados Unidos, el punto es más pequeño, 0,0351 cm, que a veces se redondea a 1/72 de pulgada. Los tipos para escrituras van en términos generales de los 8 a los 12 puntos.
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