Al-Andalus: el emirato independiente

Desde el 714 hasta el 756, la península Ibérica se convirtió en una provincia del islam bajo la soberanía de los califas Omeyas de Damasco, gobernada por valíes designados en el norte de África. La capital, inicialmente situada en Sevilla, se estableció definitivamente en Córdoba. Durante esta primera etapa, conocida con el nombre de emirato dependiente, se produjeron numerosos enfrentamientos entre los bandos de la aristocracia árabe. Pero el conflicto más grave estuvo protagonizado por los bereberes, que se sentían discriminados frente a los árabes. Para sofocar la sublevación acudió un importante contingente de sirios que acabaron asentándose en la península Ibérica. La inestabilidad política de al-Andalus permitió al reino de Asturias, surgido tras la batalla de Covadonga (722), afianzar su independencia.

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