Fortalecimiento financiero y militar de Arabia Saudí

En marzo de 1975, el monarca Faysal fue asesinado por un sobrino y fue acontecido por el príncipe Jalid, su hermanastro. Pero, Jalid no gozaba de buena salubridad y su hermano, el príncipe heredero Fahd ibn ‘Abd al-‘Aziz, se hizo con el poder. El país sostuvo su línea conservadora, y su influencia hizo a la OPEP conservar el crecimiento de los precios, tal y como lo solicitaban sus países integrantes. En 1980, se difundió que el gobierno tomaba el control total del capital de Aramco con efectos retroactivos desde enero de 1976. Muchos de los petrodólares dirigidos en el país fueron reinvertidos en Occidente o en gastos armamentísticos, sin embargo la inflación interna y el difícil cumplimiento de los programas de desarrollo económico fueron continuos conflictos durante esa etapa.

Arabia Saudí, identificada una fuerza moderada en el conflicto árabe-israelí, se exhibió absolutamente opuesta a la política conciliadora del presidente egipcio Anwar al-Sadat hacia Israel en 1977, y tras la sella del tratado de paz entre ambos países en 1979, cortó la ayuda financiera a Egipto y rompió las relaciones diplomáticas con este país. La Revolución Islámica que tuvo lugar ese año en Irán, y la ulterior captura de guerrilleros islamistas en la gran mezquita de La Meca, fueron capítulos regionales que sacudieron al gobierno saudí y que le llevaron a establecer un ascendente interés en la seguridad interna y en el fortalecimiento de sus Fuerzas Armadas. Para respaldar dicha seguridad, Estados Unidos accedió a ofrecer a los saudíes diversos sistemas aerotransportados de detección y control (AWACS), un pacto que motivó una fuerte disconformidad por parte de Israel y de sus seguidores americanas, que recelaban un vuelco en el equilibrio militar de Oriente Próximo.

El monarca Jalid falleció en junio de 1982 y fue acontecido por el príncipe heredero Fahd. En julio de 1987, al menos 400 personas murieron en La Meca, en el momento en que peregrinos chiitas iraníes hicieron frente a la policía saudí. Del mismo modo, más de 1.400 peregrinos murieron en julio de 1990 tras el pánico provocado por un accidente que tuvo lugar en un puente y un túnel.

Por otra parte, la ocupación de Kuwait por Irak en agosto de 1990 tuvo secuelas militares, políticas y financieras significativas para Arabia Saudí. Para contener la amenaza militar iraquí, el gobierno aceptó el despliegue temporal en territorio saudí de cientos de miles de militares americanas y de tropas aliadas, y las fuerzas saudíes combatieron como parte de la coalición multinacional contra Irak en el conflicto bélico del Golfo Pérsico. Entretanto, para equilibrar la pérdida de la aportación petrolera de Irak y Kuwait, Arabia Saudí incrementó de forma importante su propia producción de crudo.

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