Especulación de los siglos XIX y XX (Filosofía china)

Las carencias del neoconfucianismo se realizaron que es manifiestos en el siglo XIX. La especulación metafísica no agregó ninguna razón para los cambios que el impacto de Occidente hizo indispensables en China, y la ética convencional parecía imposibilitar, en el momento en que no frustrar, los intentos chinos para modernizarse. En la década de 1890, sin embargo, el joven y brillante filósofo K’ang Yu-wei hizo un esfuerzo revolucionario para adaptar el confucianismo al mundo moderno. En su cambiador tratado Confucio, un reformista, K’ang aseguró haber descubierto la fuente confuciana para una reforma revolucionario de las fundaciones políticas y sociales chinas, reformas necesarias si China pretendía hacer frente al imperialismo de Occidente. El programa para la reforma confuciana de K’ang, aplicado durante un breve periodo en 1898, se vio frustrado por el poder que tenían en el gobierno los confucianos ortodoxos y el propio K’ang tuvo que exiliarse. El jefe nacionalista Chiang Kai-shek hizo, con el Movimiento Nueva Vida en la década de 1930, un intento por reavivar en China la ética de Confucio.

Hacia 1897 la filosofía occidental se había introducido en China a través de las traducciones y durante las décadas posteriores numerosas ideas y doctrinas occidentales aparecieron de la mano de estudiantes chinos que regresaban de Norteamérica y Europa a su país. La filosofía china del siglo XX ha adaptado una serie de modelos ocasionados del pensamiento occidental al mismo tiempo que ha procurado emplear ideas de las escuelas orientales convencionales.

Las filosofías occidentales más prominentes en el siglo XX en China han sido el pragmatismo y el materialismo. El primero, recogido en los escritos de Hu Shih, alumno del filósofo americano John Dewey, concebía las ideas como instrumentos para hacer frente a las circunstancias reales y puso énfasis en los resultados. Por lo tanto era apropiado para una filosofía de la reforma y ejerció un papel importante en el Movimiento Nueva Cultura (comenzado en 1917), que procuraba modernizar la vida social e intelectual. Hacia 1924, sin embargo, el pragmatismo comenzó a perder popularidad, tal vez porque carecía de un ideario político integrado. El materialismo en China ha consistido especialmente en su vertiente dialéctica, como fuera reseñado por Karl Marx, cuyos trabajos fueron muy conocidos hacia 1919. El materialismo ha sido el poder motor en la restauración financiera china y, desde finales de la década de 1920, el materialismo histórico (la representación financiera de la historia) ha ganado popularidad entre algunos filósofos no comunistas. La mayoría de los materialistas acogió después el marxismo-leninismo, la línea política ortodoxa del Partido Comunista Chino, expuesto por Mao Zedong (Mao Tsé-tung). A pesar de que los comunistas chinos han asentido que el maoísmo era un desarrollo del marxismo-leninismo, un estudio pormenorizado muestra que la extravagancia de Mao no era tanto teórica cuanto práctica y sostenida por su indudable carisma como jefe de masas.

El filósofo confuciano más conocido del siglo XX es Fung Yu-lan, que ha reconstruido la neoconfuciana escuela del principio. A pesar de que sus conclusiones eran semejantes a las de los neoconfucianos de la etapa Song, Fung agregó razonamientos nuevos y lógicos y clarificó el modelo único. Hacia 1960 Fung se decantó por el materialismo histórico y revisó su obra La historia de la filosofía china (1931, 1934; complementada, 1936; traducida, 1948) conforme las ideas del marxismo-leninismo.

— 66 visualizaciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *