Escuela de la mente (neocofuncianismo)

La neoconfuciana escuela de la mente (hsin) apareció en los siglos XI y XII, sin embargo hasta el siglo XV no encontró un divulgador de excepción en la persona del estadista Wang Yang-ming. Siguiendo las iniciales instrucciones de la escuela, Wang propugnaba que la mente no era una amalgama de li y de ch’i sino apenas li, o principio. Puesto que la mente era principio puro, sin las trabas del ch’i, contenía la bondad fundamental de la naturaleza humana. Por lo tanto, todos tenemos conocimiento del bien de forma innata y apenas precisamos rastrear en nuestras mentes para encontrarlo. Wang aseguraba igualmente que el conocimiento bueno y verdadero ha de tener una consecuencia práctica. Esto le llevó a la conclusión de que conocimiento y acción forman una entidad inseparable. Abogó por una filosofía que arrancara del hallazgo del principio o del conocimiento de lo bueno en la mente de uno mismo y llevara los impulsos de la mente hacia acciones benéficas para la sociedad. Tras el fallecimiento de Wang, la escuela de la mente se orientó hacia la práctica de la meditación Zen para alcanzar la iluminación. Después, esto llevó a un conjunto de sus incondicionales hacia el subjetivismo, una especie de respuesta natural a todos los impulsos naturales. Esta tendencia se asoció con el debilitamiento del gobierno chino en los últimos años de la dinastía Ming, que concluyó en 1644.

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