Alejandra Fiódorovna

Alejandra Fiódorovna (1872-1918), última emperatriz rusa (1894-1918). Hija del gran duque de Hesse-Darmstadt, Luis IV, y nieta a su vez de la reina británica Victoria I, nació con el nombre de Alicia de Hesse, el 6 de junio de 1872, en la ciudad germánica de Darmstadt. A los 22 años contrajo casamiento con el heredero del cetro de Rusia, poco antes de que éste se transformara en el zar Nicolás II tras el fallecimiento de su padre, Alejando III. Al transformarse a la fe de la Iglesia ortodoxa rusa acogió el nombre regio de Alejandra Fiódorovna. Posteriormente a dar a luz a las grandes duquesas Olga, Tatiana, María y Anastasia, en 1904 nació el heredero, Alexis Nikoláievich. Un año después llegó a la corte rusa de San Petersburgo un característico personaje de apariencia mística, Grígori Yefímovich Rasputín, quien se aprovechó de la hemofilia que padecía Alexis para conquistar la cercanía a la persona de la zarina Alejandra y a todo su séquito. El poder que Rasputín recibió en la corte y en el propio gobierno ruso llevó a su homicidio a manos de un conjunto de nobles en diciembre de 1916, ya iniciada la Primera Guerra Mundial, y con el propio zar Nicolás II en el frente bélico. Tras dar comienzo la Revolución Rusa, en marzo de 1917 el Zar fue empujado a abdicar. La familia real quedó prisionera de los bolcheviques en el momento en que éstos aparecieron al poder en noviembre de ese año y tanto Nicolás como Alejandra y sus cinco hijos terminaron siendo producidos en la noche del 16 al 17 de julio de 1918 en Yekaterinburg, poco después de que hubiera dado comienzo la Guerra Civil rusa. El 14 de agosto de 2000, Alejandra Fiódorovna, su marido y el resto de la familia real fusilada 82 años antes fueron canonizados por la Iglesia ortodoxa rusa gracias a su resignación ante la muerte.

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