Abd al-Rahman III

Abd al-Rahman III (891-961), emir (912-929) y autor del califato de Córdoba (929-961). Sucedió a su abuelo el emir Abd Allah. Cuando accedió al gobierno, al-Andalus se encontraba desintegrado en copiosos poderes autónomos. El nuevo emir consiguió restituir el orden y la autoridad de los Omeyas. El conflicto más inmediato era terminar con la sublevación de Umar ibn Hafsun, extendida por amplias zonas del centro de Andalucía. La ocupación de la fortaleza de Bobastro (sierra de Málaga) en el año 928 significó el final de la sublevación. Paralelamente fueron sometidos los señores locales semiautónomos de Andalucía.

En el año 929, Abd al Rahman III se coronó califa, sucesor del profeta y príncipe de los devotos, lo que significó la independencia religiosa de al-Andalus. En los años posteriores impuso su autoridad sobre las marcas fronterizas, que desde el siglo IX se propugnaban al margen del poder de Córdoba. Las representaciones de Abd al-Rahman III no se limitaron a extender su poder sobre al-Andalus. La debilidad del poder cordobés había permitido un avance significativo de los límites de los núcleos cristianos. En el año 920 impuso una severa derrota en Valdejunquera a la coalición formada por los soberanos de León y de Navarra. Pero en el 939 fue vencido en el combate de Simancas. Pese a ello, el califa se transformó en el árbitro de las querellas entre los cristianos. En el norte de África, Abd al-Rahman consiguió igualar el poder de los fatimíes.

La intención de los fatimíes de integrar al-Andalus a sus dominios fue, precisamente, uno de los primordiales motivos que impulsaron a Abd al-Rahman III a establecerse califa. En el año 927 ocupó Ceuta y, cuatro años después, Melilla.

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