Abogado

Abogado, el que, disponiendo con el título universitario correspondiente, pertenece a su colegio profesional en calidad de ejerciente y como tal se encarga del consultoría, dirección y defensa de los derechos e intereses ajenos ante los tribunales, a través de la aplicación de la ciencia y técnica jurídicas. La abogacía es una profesión liberal que, en orden a la justicia, otorga de forma única y excluyente la oportunidad de defensa jurídica de las partes intervinientes en un litigio. La relación del abogado con su cliente es la de un arrendamiento de servicios, aunque en las prácticas numerosas veces se ve superada esta figura y pueden discernirse elementos de mandato, gestión y representación. De este modo ocurre en el momento en que se pactan los honorarios que percibe el abogado como compensación financiera adecuada por los servicios prestados.

El abogado tiene el deber de cooperar con la administración de justicia a través de la defensa jurídica de los intereses que le sean confiados. La actuación del abogado debe ser siempre libre e independiente y, como profesional, el letrado obtendrá el amparo de los tribunales en su libertad de expresión y defensa. La dignidad del cometido del abogado comporta que goce de todos los derechos inmanentes a la misma y como contrapartida se le reclama probidad, lealtad y autenticidad en el fondo de todas sus manifestaciones, así como el uso de formas respetuosas en sus expresiones y siempre guiado por el principio de buena fe. Por último, el abogado tiene el deber y el derecho de guardar secreto profesional de todos los sucesos y novedades que conozca por razón de su actuación profesional y no puede ser empujado a declarar sobre ellos. En Latinoamérica, durante los años que fue sometida por tiranías, muchos abogados que, en defensa de sus clientes concurrían a los tribunales eran arrestados y en algunos casos sin rastros.

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