Semilla de algodón

La semilla de algodón, cuya eliminación antes constituía un conflicto para las plantas desmotadoras, es ya un subproducto preciado. Se envía a un molino, donde se somete a una operación semejante al desmotado que elimina toda la pelusa. La semilla desnuda se parte y se le extrae la pepita. La pasta que queda después de haber cogido el aceite es rica en proteínas. La pelusa se aprovecha como relleno en tapicerías y automóviles, para elaborar torundas absorbentes de algodón, y como materia prima en la producción de copiosos materiales de celulosa, como rayón, plásticos, lacas y pólvora sin humo para balas y cartuchos. La cáscara de las semillas se emplea como forraje para el ganado. De la pepita se extrae el aceite de algodón o aceite semisecante. Con la torta que queda después de la extracción del aceite se elaboran forrajes y harinas. Del sedimento que se forma después de refinar el aceite se toman ácidos grasos de utilidad industrial.

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