Materiales de la acústica (ciencia)

Para modificar las reverberaciones, el arquitecto cuenta con dos tipos de materiales para cubrir las superficies de una habitación: los que evidencian el sonido y los que lo absorben. Los materiales blandos como el corcho o el fieltro absorben la mayoría del sonido que incide sobre ellos, aunque pueden evidenciar algunos sonidos de baja frecuencia. Los materiales duros como la piedra o los metales evidencian casi la totalidad del sonido que les llega. La acústica de un auditorio de grandes dimensiones puede ser muy distinta en el momento en que está lleno y en el momento en que está vacío: los asientos vacíos evidencian el sonido, mientras que el público lo absorbe.

En la mayoría de los casos, la acústica de una sala resulta conveniente si se consigue un balance adecuado entre los materiales absorbentes y reflectantes de sonido. Frecuentemente pueden hacerse ecos incómodos en una sala cuyo tiempo de reverberación general es bueno si el techo, o una pared, tiene forma cóncava y es muy reflectante; en esos casos, es posible que el sonido se concentre en un punto determinado y haga que la acústica sea mala en esa zona. Igualmente, un pasillo estrecho entre dos paredes reflectantes paralelas puede capturar el sonido por reflexiones repetidas y producir ecos desagradables, aunque la absorción general sea suficiente. Igualmente hay que brindar atención a la eliminación de interferencias. Las interferencias se generan por la discrepancia entre las distancias recorridas por el sonido directo y el sonido evidenciado, y produce las denominadas zonas muertas, donde ciertas gamas de frecuencia quedan eliminadas. La multiplicación de sonido pillado por micrófonos igualmente reclama la eliminación de ecos e interferencias.

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