Domingo, séptimo día de la semana civil y primero de la litúrgica. En inglés y germánico, Sunday y Sonntag, respectivamente; la palabra deriva del latín dies solis, ‘día del sol’, nombre de una celebración romana pagana. En el Nuevo Testamento (Ap. 1,10) se llama el día del Señor, esto es, Dominica en latín, de donde deriva el nombre de domingo en las lenguas románicas: en francés dimanche, en italiano domenica y en rumano duminica. En los orígenes del cristianismo la festividad del domingo comenzó a reemplazar al shabat y a ser admirado en homenaje al día de la resurrección de Cristo.
El emperador Constantino I lo instituyó como día de descanso dedicado al culto. A partir del siglo IV la legislación civil y eclesiástica reguló el trabajo y prescribió el culto, sin embargo en la actualidad las leyes que limitan los negocios y la diversión de los domingos son muy permisivas.
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