Alexéi von Jawlensky

Alexéi von Jawlensky (1864-1941), pintor y grabador nacido en Rusia, cuyos paisajes y retratos se explican por sus formas sencillas, colores brillantes y trazos enérgicos.

Pasó gran parte de su vida en Alemania, donde expuso con pintores expresionistas alemanes interesados en sus mismas ideas pictóricas y que igualmente utilizaban la distorsión y la exageración de trazos y colores como expresión de lo emocionante.

Nacido en Torzhok, en el seno de una familia aristocrática, creció en Moscú donde, siguiendo la tradición familiar, continuó la carrera militar. Ya en la adolescencia se interesó por el arte y en 1889 dejó el ejército para entrar en la Academia de Arte de San Petersburgo, donde fue discípulo de Iliá Repin, un prominente artista ruso que pintaba escenas históricas con detallado realismo. En 1896 se desplazó a Alemania para estudiar en la Academia de Bellas Artes de Munich, donde conoció a Wassily Kandinsky, igualmente estudiante de Arte y compatriota ruso. Pero eran sus frecuentes viajes a París, a comienzos de 1900, los que ejercieron un mayor impacto sobre su estilo, en especial al conocer la obra del holandés Vincent van Gogh y su forma de evidenciar la emotividad a través del color, así como otras expresiones del arte más vanguardista de la etapa: las pinturas de los nabis y de los fauvistas, que igualmente utilizaban un colorido brillante para intensificar el impacto emocional de sus obras. Los nabis eran incondicionales de Paul Gauguin, en específico de su consejo de que pintasen aquello que “soñaban al observar el mundo natural”.

El ejemplo de estos pintores actuó como un estímulo en el intento de evidenciar sus sentimientos personales a través de su obra. La influencia de los fauvistas fue inclusive más significativo, ya que Jawlensky acogió sus colores brillantes y trazos gruesos como elementos básicos de expresión. En 1905 expuso junto a ellos y entre 1908 y 1910 ejerció profesionalmente con Kandinsky y con la pintora germánica Gabriele Münter, con los que creó, en 1909, la Neue Künstlervereinigung München (Nueva Asociación de Artistas de Munich). En 1912 se unió al conjunto de Kandinsky, Der Blaue Reiter, cuyos constituyentes eran artistas interesados en la expresión personal.

Cuando Alemania y Rusia se enfrentaron a lo largo de la I Guerra mundial (1914-1918), Jawlensky se exilió a Suiza, retornando a Alemania en 1922. Dos años después expuso en Estados Unidos como constituyente del conjunto Die Blaue Vier, junto con Kandinsky, el pintor suizo Paul Klee y el americano Lyonel Feininger. Al final del conflicto bélico había empezado ya a realizar un estilo más abstracto y a hacer obras en serie, cuyos primeros ejemplos son Cabezas místicas (1917-1919) y Rostros del Salvador (1918-1920). Ambas denotan la influencia de los iconos religiosos rusos que vio a lo largo de su infancia. En ellas y en series siguientes, tales como Cabezas abstractas (o Cabezas constructivistas, 1921-1935) pretendía disminuir los elementos del retrato a abstracciones de líneas y colores. Su última serie, Meditaciones (1934-1937), está compuesta por más de 1.000 obras desarrolladas con trazos gruesos y colores oscuros y melancólicos. Una artritis sucesiva sumada a la persecución política que sobrellevó junto con otros artistas por parte del nacionalsocialismo germánico, le llevaron a dejar la pintura en 1937.

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