Agricultura mundial

A lo largo de los 10.000 años transcurridos desde el avance de la agricultura, los pueblos de la totalidad del mundo han descubierto el valor alimenticio de plantas y animales salvajes, domesticándolos y criándolos. Los más significativos son los cereales, como el trigo, el arroz, el maíz y el centeno; la caña de azúcar y la remolacha azucarera; los animales de carne, como las ovejas, las vacas, las cabras y los cerdos; las aves, como los pollos, los patos y los pavos; y productos como la leche, el queso, los frutos secos y los aceites. La fruta, las verduras y las aceitunas son igualmente significativos fuentes de alimentos para el ser humano. Los granos para pienso de animales incluyen la soja, el maíz forrajero y el sorgo. Los artículos independientes sobre plantas y animales en específico contienen información adicional. Véase igualmente Gramíneas; Ensilado.

Igualmente se toman ingresos de cultivos no alimentarios como el caucho, las plantas de las que se toman fibras, el tabaco y las semillas oleaginosas empleadas en compuestos químicos sintéticos, así como de la cría de animales para la obtención de pieles.

Las circunstancias que determinarán el tipo de explotación incluyen el clima, el suministro de agua y el terreno. Véase igualmente Ecología.

Casi el 50% de la población del mundo se encarga de la agricultura. La distribución, a finales de la década de 1980, variaba desde un 64% de la población activa en África hasta un 4% en Estados Unidos y Canadá. En Asia, la cifra era de un 61%; en América del Sur, un 24%; en Europa del Este y la antigua Unión Soviética (URSS), el 15%, y el 7% en Europa Occidental.

El tamaño de las explotaciones se diferencia desmesuradamente de una región a otra. Por ejemplo, a finales de la década de 1980, su tamaño medio en Canadá era de unas 230 hectáreas (ha) por granja, mientras que la media en Filipinas era algo inferior a 3,6 ha, y en Indonesia, de menos de 1,2 hectáreas.

El tamaño depende igualmente del propósito del aprovechamiento. Las explotaciones comerciales, cuyo propósito es hacer dinero, suelen emplear grandes superficies de terreno. Los latifundios de Latinoamérica son características de gran prolongación, privadas, aprovechadas por mano de obra arrendataria y caracterizada por un ineficaz uso de los recursos disponibles. En algunas extensiones de Latinoamérica llegan a alcanzar miles y hasta decenas de miles de hectáreas. Los monocultivos producen té, caucho y cacao. La eficiencia de las plantaciones de trigo se optimiza en el momento en que engloban algunos miles de hectáreas y pueden ser trabajadas por equipos agrícolas y máquinas. Las granjas de ganado ovino australianas y otras granjas de cría de ganado deben ser igualmente espaciosas para abastecer de pastos a miles de animales. Las explotaciones agrícolas de las comunas chinas, las cooperativas gestionadas por comunidades peruanas o los ejidos mexicanos son otros ejemplos de unidades agrícolas que han de ser amplias, como lo eran las granjas colectivas propiedad de empleados del estado, que eran los responsables de trabajarlas, en la oculta URSS.

Las explotaciones individuales de conservación y las pequeñas explotaciones mixtas unifamiliares van decreciendo en número en los países desarrollados, sin embargo siguen siendo copiosas en los países de desenvolvimiento intermedio de África y Asia. Los ganaderos nómadas recorren el África subsahariana, Afganistán y Laponia; y el pastoreo sigue siendo una parte significativo de la agricultura en extensiones como Mongolia.

Buena parte de las divisas internadas por un país puede depender de una única mercancía; por ejemplo, Sri Lanka depende del té, Dinamarca es experta en productos lácteos, Australia en la producción de lana, y Nueva Zelanda y Argentina en productos cárnicos.

La relevancia de un determinado país como exportador de productos agrícolas depende de numerosas variables. Entre ellas está la ocasión de que no esté suficientemente desarrollado en el ámbito industrial para hacer mercancías elaboradas en cuantía suficiente o que carezca de la necesaria sofisticación tecnológica. Este tipo de exportadores agrícolas incluye a Ghana, que exporta cacao y a Myanmar (Birmania) que exporta arroz. Por otra parte, un país muy desarrollado puede hacer excedentes que su población no precisa; es el caso de Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa occidental.

Dado que las naciones dependen de la agricultura no únicamente para alimentarse, sino para hacerse con ingresos y igualmente materias primas para la industria, el comercio agrícola es una desasosiego perseverante, regulada por acuerdos internacionales como el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), el Mercosur y por conjuntos con intereses comerciales comunes como la Unión Europea.

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