Actinomicosis

Actinomicosis, afección infecciosa de los caballos, del ganado vacuno y del ser humano. Es producida por diferentes especies de bacterias del género Actinomyces.

En el hombre, algunas especies de Actinomyces viven de forma habitual en la boca, la vagina y el colon. La contusión peculiar es la formación de focos de pus rodeados de fibrosis, que pueden invadir otras estructuras. Es característica la presencia en el pus de los denominados «gránulos de azufre». La actinomicosis es una afección difícil de diagnosticar, aunque su incidencia ha mermado gracias a la introducción de los antibióticos y a la mejora de los hábitos higiénicos dentales. Se asocia con frecuencia a circunstancias en las que las defensas del individuo están disminuidas (quimioterapia, síndrome de inmunodeficiencia adquirida o trasplantes).

Según su localización, se distinguen múltiples formas clínicas. La más frecuente es la bucocervicofacial. En este caso, las bacterias colonizan los espacios desalojados por los dientes caídos, las amígdalas lesionadas y las partes blandas de la boca, lo que genera una contusión ocupante de espacio o la formación de abscesos, hinchazón y tumefacción de los tejidos. La contusión puede extenderse hacia otras localizaciones, como el cráneo o el tórax. Otras formas clínicas, como la actinomicosis del sistema nervioso central, torácica, abdominal, pélvica o musculoesquelética, son menos habituales. El tratamiento de la actinomicosis se fundamenta en la administración extendida de dosis altas de antibióticos (penicilina, eritromicina, tetraciclina). Cuando el tratamiento médico falle puede ser necesario recurrir a la cirugía.

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