#Mirada curiosa

Aunque sorprendente, existe la posibilidad de que haya en el mar aproximadamente entre ocho y doce millones de toneladas de este metal precioso, y es que el agua de la lluvia al caer al suelo actúa de desencadenante para disolver la tierra reseca y con ello sirva de filtro en su vuelta al mar; debido a la existencia de sustancias que no son solubles o su densidad no lo permite, estas acaban depositadas en el fondo del mar.

Debido al tiempo que ha transcurrido desde que el océano se creó, este ha confinado numerosos materiales que han acabado mezclados finalmente con las moléculas. Dicho esto se explica en que la composición del agua de mar está formada por materia sólida que se ha disuelto (un 3 por ciento aproximado) y que su peso en total superaría 1,5 trillones de toneladas, de las cuales si separáramos el agua de las materias disueltas, estas compondrían un peso de aproximadamente 50 mil billones. Separando la materia disuelta obtendríamos en su mayor parte sal normal, aunque el resto existiría una mezcla de varios elementos.

Aunque la noticia puede gustar a muchos buscadores de oro, es imposible de llevar a cabo un rastreo para obtenerlo debido a que para la obtención de tan solo un kilo de oro se debería filtrar 270 mil millones de litros de agua del océano, por lo que no es una tarea rentable.