Altiplano cundinamarqués, igualmente conocido como altiplano Cundiboyacense, altiplanicie de la cordillera Oriental de Colombia que se despliega por gran parte del territorio de los departamentos de Cundinamarca y Boyacá, en el centro del país. Enestablecido por la serranía de Ventaquemada al norte, el cordón montañoso de la cordillera Oriental al este, las paredes verticales de El Tablazo al oeste, y el páramo de Sumapaz al sur, este extendido altiplano estuvo ocupado en el pasado por un inmenso lago, en torno al cual han surgido copiosas leyendas. Este lago desecado, llamado por los nativos la sabana de Bogotá y atravesado por los valles de los ríos Ubaté, Chiquinquirá y el curso alto del Chicamocha, presenta un relieve llano y ondulado, ubicado entre los 2.400 y 3.000 metros de altitud, donde destaca un clima frío y semihúmedo. Las laderas montañosas aparecen tapizadas básicamente por una vegetación arbustiva, con arrayanes y eucaliptos, y las riberas de los ríos, que fluyen lentamente configurando meandros, se hallan jalonadas por sauces llorones.
El altiplano, cubierto por pastizales que sustentan una ganadería lechera y por cultivos convencionales, como cereales (maíz, trigo y cebada), patatas (papas), hortalizas y café, constituye el área más densamente poblada y una de las más ricas de Colombia. Igualmente cuenta con una significativo y diversificada actividad industrial en núcleos tales como Sogamoso o Santafé de Bogotá.
Estas tierras, descubiertas por Gonzalo Jiménez de Quesada en 1538, a las que bautizó como el Nuevo Reino de Granada, eran antiguamente escenario de copiosos enfrentamientos y acontecimientos históricos, así como una zona de extracción de carbón y sal. Hoy, asombra la belleza de su paisaje, por el contraste de las elevaciones andinas con la llanura del altiplano, incrementada por la presencia de lagos y lagunas, como la de Fúquene.
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