Tren de aterrizaje del avión

El tren de aterrizaje suele ser uno de los mecanismos más liosos de un avión. Entre sus constituyentes se incluye el amortiguador destacado, que es una pata con una estructura muy resistente, en cuya parte inferior y antes del ensamblaje de las ruedas lleva un amortiguador hidráulico para absorber el impacto del aterrizaje. Va sujeto a los largueros del ala o del fuselaje. El mecanismo de accionamiento del tren permite extenderlo y retraerlo al accionar desde la cabina de pilotos la palanca de mando. Por lo general, se actúa con energía hidráulica. Los frenos igualmente acostumbran ser hidráulicos y provistos de sistema antideslizante. Suelen llevar un mecanismo detector de modo, aire/tierra, que activa o desactiva varios sistemas del avión, conforme esté volando o en el suelo.

Hay varios tipos de trenes de aterrizaje, el más común es el triciclo. Consta de dos patas primordiales situadas detrás del centro de gravedad del avión y una tercera más pequeña en el morro. Ciertos aviones muy grandes pueden llevar tres y hasta cuatro patas primordiales y cuatro ruedas por cada pata. Otro modelo es el convencional con dos patas primordiales delante del centro de gravedad y una tercera muy pequeña situada en la parte inferior de la cola. El aterrizaje es más sencillo con el tren triciclo, ya que permite un mejor frenado al no existir apuro de golpear con el morro del avión en el suelo. Igualmente mejora la manejabilidad y visibilidad a lo largo del rodaje por el suelo. Otros tipos de tren de aterrizaje pueden llevar bandas de rodadura tipo oruga para cargas pesadas en campos de aterrizaje no preparados, giratorios para viento cruzado, o una amalgama de esquís y ruedas para aterrizar sobre hielo o nieve.

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