Además de su extensivo trabajo en El Príncipe, otras importantes obras pueden encontrarse en su trabajo. La formulación de Maquiavelo de los principios históricos inmanentes en el gobierno romano puede encontrarse en su Discurso sobra la primera década de Tito Livio (1531), un esclarecerio sobre la obra Ab urbe condita libri (igualmente conocida como Décadas) del historiador romano Tito Livio. En este estudio, Maquiavelo parte de los conceptos teocráticos medievales de la historia, atribuyendo sucesos históricos a las necesidades de la naturaleza humana y a los caprichos de la riqueza. Entre sus otras obras destacan: Sobre el arte de el conflicto bélico (1521), que describe las ventajas de las tropas reclutadas frente a las mercenarias. La Historias florentinas (1525) representa las crónicas de la ciudad, en términos de causalidad histórica. Maquiavelo fue igualmente el autor de la biografía Vida de Castruccio Castracani (1520), de una serie de poemas, y de varias obras de teatro, entre las cuales destaca La mandrágora (1524), una sátira mordaz y obscena sobre la corrupción de la sociedad italiana de su tiempo. Muchos de sus escritos anticiparon el incremento de los estados de establecido carácter nacionalista.
El maquiavelismo, como término, ha sido empleado para detallar los principios del poder político, a partir de la máxima ‘el fin justifica los medios’.
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