Antes de su vida pública, poco es conocido sobre la vida de Jesucristo. Era proveniente de Nazaret de Galilea, aunque tanto Lucas como Mateo sitúan su lugar de nacimiento en Belén de Judea, cuna ancestral del monarca David. Sólo las obras escritas de Lucas y Mateo contienen relatos de su nacimiento e infancia, que divergen en copiosos detalles. Lucas (1,5-2,52) cuenta estos relatos entretejiendo en ellos poemas y canciones prestados del Antiguo Testamento que expresan el desasosiego de Dios por los indigentes y desheredados. Mateo (1,18-2,23) moldea su relato sobre el modelo de la narración que sobre Moisés recoge el Antiguo Testamento. De este modo como Moisés sucedió su infancia entre los ricos y eruditos de Egipto, igualmente Jesús fue asistido y reverenciado por magos ricos y eruditos. De este modo como Moisés huyó y vivió oculto de un mezquino monarca que procuraba exterminar a los varones hebreos recién nacidos, igualmente Jesús fue salvado de la masacre de Herodes el Grande (rey de Judea que falleció en el 4 a.C., por lo que es probable que Jesús naciera entre el 6 y el 4 a.C.).
El resto del Nuevo Testamento preserva silencio sobre el nacimiento de Jesús. En el intervalo de la historia de la Iglesia, algunos cristianos han repetido en que las narraciones de la infancia deben tomarse de forma literal, mientras que otros las han estimado como uno de los muchos modos de evidenciar la convicción en la relación de Jesús hacia Dios como su Hijo. La tendencia del Nuevo Testamento a establecer el significado de los capítulos sin presentar la versión del narrador sobre los propios sucesos siempre ha originado a la disconformidad entre quienes se dedican a la pesquisa histórica.
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