Abadía de Mont-Saint-Michel

Abadía de Mont-Saint-Michel, abadía desarrollada en el siglo X sobre un islote de rocas de la región francesa de Manche, en la desembocadura del río Couesnon. A pesar de que la tradición atribuye la fundación del monasterio benedictino a Childeberto I, estudios ulteriores sitúan su origen en al año 966. La parte más arcaica preservada es la iglesia de doble nave de Notre Dame Sous Terre, inicialmente con estructura en madera, y que debió ser edificada poco después del año 960. El coro de la abadía románica fue construido en 1023. Poco después se erigió la cripta para alzar el transepto, edificado a mediados del siglo XI. En cuanto a la nave, su construcción se completó en 1085. De la abadía románica no queda más que la nave central y el transepto, restaurados durante el siglo XIX. Sobre el segundo, decorado con arquerías, se alza una bóveda de cañón, un elemento bastante raro en la arquitectura románica normanda. Por el contrario, la nave es el devoto reflejo de las preocupaciones de los arquitectos normandos de la segunda mitad del siglo XI: las naves laterales presentan bóvedas de aristas mientras que la bóveda central sigue teniendo estructura de madera. En la parte media del muro, entre los grandes arcos y las ventanas altas, se abre una galería formada por arcos de medio punto dispuestos de dos en dos. Los pilares presentan columnas adosadas orientadas hacia la nave central.

En el siglo XIII se reconstruyeron varios edificios tras el incendio que tuvo lugar durante al asedio de 1204. El claustro, concluido en 1228, muestra influencias externas a la región de Manche, como las columnillas de mármol de las canteras de Purbeck (Inglaterra) acondicionadas al tresbolillo. El refectorio, de muros muy gruesos, con ventanas que se abren entre los vanos de una arquería y el techo cubierto por un artesonado, es de la misma etapa que el claustro. Poco después se erigió la sala de los Caballeros y la sala de los Huéspedes, que conservan los muros románicos, a los que se dotó de bóvedas ojivales que apoyan sobre dos filas de columnas de piedra a contralecho. El 10 de noviembre de 1421 se hundió el coro de la abadía, sin embargo su restauración no se inició hasta 1448, concluyendo a comienzos del siglo XVI. Para erigir el nuevo coro —de estilo gótico flamígero—, el arquitecto diseñó una gran cripta a modo de basamento y retomó la disposición con deambulatorio y capillas radiales de la iglesia superior. En 1979 fue declarada, por la UNESCO, Patrimonio cultural de la Humanidad.

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