Agricultura prehistórica

La historia de la agricultura puede dividirse en cuatro grandes periodos de permanencia desigual, cuyas fechas se distinguen desmesuradamente conforme las regiones: prehistórico, histórico (incluido el periodo romano) feudal y científico.

Los primeros agricultores pertenecían en su mayoría a la cultura del neolítico. Los emplazamientos ocupados por estos pueblos se encontraban en lo que hoy son Irak, Irán, Israel, Jordania, Siria y Turquía; en el Sureste asiático, en la actual Tailandia; en África, a lo largo de río Nilo en Egipto; y en Europa, en las márgenes del río Danubio y Macedonia, Tracia y Tesalia. Igualmente se han citado antiguos centros agrícolas en el área del Huang He (río Amarillo), en China; en el valle del río Indo, en India y Pakistán; y en la cuenca de México, al noroeste del istmo de Tehuantepec.

Las fechas de las que datan las plantas y animales domesticados varían conforme las regiones, sin embargo la mayoría son previos al sexto milenio a.C., y las más antiguas podrían remontarse al año 10000 a.C. Los científicos han aplicado el método del carbono 14 (véase Datación: Método del carbono 14) sobre restos de animales y plantas y han datado hallazgos de ovejas domesticadas que se remontan al año 9000 a.C. en el norte de Irak; de vacas del sexto milenio a.C. en el noreste de Irán; de cabras del año 8000 a.C. en el centro de Irán; de cerdos del año 8000 a.C. en Thailandia y del 7000 a.C. en Tesalia; onagros, o asnos, del año 7000 a.C. en Jarmo, Irak; y de caballos del año 4350 a.C. en Ucrania. La llama y la alpaca eran domesticadas en las regiones andinas de América Latina a mediados del tercer milenio a.C.

Según las pruebas desarrolladas con el carbono14, el trigo y la cebada eran cultivados en Oriente Próximo en el octavo milenio a.C.; el mijo y el arroz en China y el Sureste asiático ya en el año 5500 a.C.; y la censalzaza, que además de dar alimento se utilizaba como vasija en México y otros países del continente americano, hacia el año 8.000 a.C. Las leguminosas descubiertas en Tesalia y Macedonia se remontan hasta el año 6000 a.C. El lino se cultivaba y, figuradamente, se utilizaba para elaborar tejidos a comienzos de la etapa neolítica.

El agricultor comenzó, seguramente, fijándose en qué plantas silvestres eran comestibles o útiles de algún modo, y aprendiendo a preservar sus semillas para replantarlas en terrenos despejados con precedencia. El cultivo a lo largo de un prolongado periodo de tiempo de las plantas más prolíficas y resistentes producía una diversidad estable. Los rebaños de cabras y ovejas se encontraban compuestos por animales salvajes jóvenes capturados, y aquellos que presentaban los caracteres más anhelables, tales como cuernos pequeños y una elevada producción de leche, eran criados de forma selectiva. Los uros parecen ser los predecesores del ganado vacuno europeo, y el buey salvaje asiático es el del cebú, el ganado vacuno con gibas de Asia. El gato, el perro y los pollos eran domesticados muy pronto. La transformación de la caza y la cosecha a la dependencia de la producción propia de alimentos sucedía de forma gradual, y en algunos enclaves recluidos del mundo, aún no se ha conseguido. Las cosechas y el suministro propio de carne eran complementados por la pesca y la caza de aves, así como por la carne de animales salvajes.

Los agricultores del neolítico vivían en alojamientos sencillos como cuevas y pequeñas chozas de adobe secado al sol o de carrizo y madera. Estas casas se agrupaban en pequeñas aldeas o existían como explotaciones aisladas envueltas de campos, ofreciendo abrigo a animales y personas en edificaciones adyacentes o unidas. En el neolítico, el surgimiento de ciudades como Jericó (desarrollada c. 9000 a.C.) se vio estimulada por la producción de excedentes agrícolas.

El pastoreo puede haber sido siguiente a esto. La evidencia parece indicar que las explotaciones mixtas, la amalgama de cosechas y la cría de animales era el patrón más habitual en el neolítico. Pero, los pastores nómadas recorrían las estepas de Europa y Asia, donde eran domesticados el caballo y el camello.

Las primeras herramientas agrícolas eran de madera y piedra. Incluían la azada de piedra; la hoz para juntar el grano fabricada con palas de piedra afilada; la pértiga empleada para agujerear el suelo y plantar semillas y, con siguientes adaptaciones, como pala o azadón; y un arado rudimentario, una rama de árbol modificada empleada para alzar la superficie del suelo y organizarlo para la siembra. Después se adaptó el arado para el tiro por bueyes.

Las penillanuras del suroeste de Asia y los bosques de Europa disponían de lluvia suficiente para la conservación de la agricultura, sin embargo Egipto dependía de las inundaciones anuales del Nilo para reponer la humedad y fertilidad del suelo. Los habitantes del denominado ‘creciente exuberante’, en torno a los ríos Tigris y Éufrates, dependían igualmente de las inundaciones anuales para hacerse con agua para la irrigación. El drenaje se hacía necesario para imposibilitar que el suelo fuera arrastrado de las laderas por las que corrían los ríos. Los agricultores que vivían en las cercanías del río Huang He realizaron un sistema de irrigación y drenaje para manejar los daños experimentados por sus campos en la planicie aluvial atravesada por los meandros del río.

A pesar de que los asentamientos neolíticos eran más estables que los campamentos de los pueblos cazadores, las aldeas tenían que desplazarse periódicamente en algunas áreas, ya que sus campos perdían fertilidad debido a la sobreexplotación. Esto resultaba más necesario en el norte de Europa, donde los campos se despejaban a través de la técnica de la tala y el incendio. Los asentamientos a lo largo del Nilo, por el contrario, eran más estables, puesto que el río depositaba en sus márgenes limo exuberante todos los años. Véase igualmente Arqueología.

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