Aeterni Patris

Aeterni Patris, encíclica divulgada por el papa León XIII el 4 de agosto de 1879 en la basílica de San Pedro. Aeterni Patris (Del Padre eterno, subtitulada Sobre la restauración de la filosofía cristiana) se inserta en la larga serie de archivos que León XIII dedicó a la reorganización moral de la Iglesia católica con la tentativa de reforzar su influencia institucional y reembolsar el prestigio perdido tras las revoluciones liberales acaecidas en Europa a lo largo de la primera mitad del siglo XIX.

En el contenido de la encíclica, el Papa revisaba la historia de los pensadores cristianos y ensalzaba las cualidades de la filosofía como recurso dialéctico contra el laicismo y el positivismo. Para ello, aseguraba que la filosofía debía ser formalmente impecable sin embargo que doctrinalmente estaría sujeta a la manifestación divina. Se recobraba así el antiguo concepto philosophia ancilla theologiae (la filosofía como ciencia auxiliar de la teología) del escolasticismo medieval. Precisamente la escolástica y su máximo representante, santo Tomás de Aquino, eran erigidos por León XIII en paradigmas de lo que debían ser la filosofía y el filósofo cristianos. Las recomendaciones del Papa hallaron una gran acogida en el seno de la Iglesia y toda una escuela de pensamiento católico, conectada al denominado neoescolasticismo, apareció tras el surgimiento de esta encíclica. Especial influencia tuvo en Francia, donde obtendría un significativo impulso a través de autores como Jacques Maritain, Georges Bernanos, Étienne Gilson y Martin d´Arcy.

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