Torá en el judaísmo

Para el judaísmo rabínico, el estudio de la Torá, que es la intención expuesta de Dios, igualmente es estimado como un acto de adoración. Todos los días durante los servicios religiosos de las mañanas, se recitan pasajes de las Escrituras, la Mishná y el Talmud. Los lunes y los jueves por la mañana, se saca de un arca, que está en la parte frontal de la sinagoga, un rollo que contiene la Torá, escrito a mano. Luego se procede a su lectura cantada frente a la congregación de los devotos. La lectura litúrgica de la Torá más importante es la que se realiza durante el shabat y en las mañanas de otras festividades. A lo largo del año, durante los sábados, se terminará leyendo toda la Torá. El ciclo anual arranca de nuevo cada otoño, con una celebración denominada Simjat Torá (‘regocijaos con la ley’), que concluye al final de la celebración del Sukot. La lectura que se realiza de la Torá durante las celebraciones versa sobre diferentes asuntos y observancias, dependiendo del día que se realice. La lectura de la Torá durante los sábados y las celebraciones es junto a de la lectura de escritos de los profetas asociados con los mismos asuntos (Haftará, que significa conclusión). De ahí que, la lectura en público de las Escrituras es una parte básica del culto religioso en la sinagoga. Lo cierto es que, en un principio, esta parece haber sido el cometido más importante de la sinagoga como fundación religiosa.

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