Manufacturas en Asia

En general la manufactura está poco desarrollada. Japón es la gran excepción. Este país, segunda potencia económica mundial, posee un sector industrial muy diversificado que emplea a un 25% de su mano de obra. Aparte de Japón, otros países asiáticos con una actividad industrial importante son China, Rusia, India y los llamados cuatro ‘tigres asiáticos’: Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. La industria manufacturera en China se concentra principalmente al noreste, en los puertos de Shanghai, Tianjin (Tientsin), Qingdao y Wuhan, y en determinadas regiones interiores donde las materias primas están disponibles; no obstante, se invierte cada vez más en las provincias meridionales. La producción china de acero es comparable a la de Gran Bretaña, aunque el volumen base per cápita continúa siendo bajo. En la India, la manufactura se concentra principalmente en Calcuta y sus alrededores, en la zona de Bombay, en el centro de la península y en otras áreas ricas en recursos minerales. La actividad fabril de Siberia se localiza cerca de los montes Urales, próxima a las áreas urbanas importantes situadas a lo largo de la línea ferroviaria del Transiberiano, como Novosibirsk, y cerca de centros aislados situados en el Lejano Oriente ruso. India es ahora una importante potencia industrial, pero su sector manufacturero sólo emplea a cerca del 10% de la población laboral; en cambio, China emplea al 15% aproximadamente. Desde la década de 1960, la industria se ha desarrollado rápidamente en Singapur, Taiwan, Corea del Sur y Hong Kong. Tailandia, Malaysia, Indonesia y Filipinas han experimentado también un notable crecimiento económico. En otros países, las industrias tienden a asociarse con la elaboración de los productos agrícolas, mineros y forestales locales (existe poca manufactura destinada a los mercados domésticos) y con el ensamblaje de maquinaria y vehículos importados de otros países.

Muchos países asiáticos prefieren desarrollar industrias de manufactura destinadas a la exportación: éstas aprovechan una mano de obra relativamente barata y se establecen en zonas dedicadas especialmente a la producción para la exportación, con impuestos incentivados para animar a los inversores. Ejemplos notables del desarrollo industrial orientado a la venta al exterior son las industrias textiles y electrónicas de Corea del Sur y la isla de Taiwan.

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