El Pentateuco en el Antiguo Testamento

Según la tradición judeo-cristiana Moisés fue el autor del Pentateuco, los primeros cinco obras escritas de la Biblia. Pero, tal aseveración no aparece en ninguno de estos libros. La tradición tiene su origen en la forma en que son denominados por los hebreos, obras escritas de Moisés, aunque con ello quisiesen significar concernientes a Moisés. Ya en la edad media, los eruditos judíos relacionaron que existía un conflicto con la tradición: Deuteronomio (el último libro del Pentateuco) expresa el fallecimiento de Moisés. En verdad, las obras escritas son obras compuestas por autores anónimos. Sobre la base de copiosas copias y repeticiones, incluyendo dos denominaciones desemejantes para la deidad, dos relatos separados de la producción, dos historias entrelazadas del diluvio, dos versiones de las plagas de Egipto y numerosas otras pruebas, los especialistas modernos han acudido a la conclusión de que los escritores del Pentateuco emplearon varias fuentes diferentes, cada una de un escritor y de una etapa diferentes.

Las fuentes se distinguen en su vocabulario, estilo literario y perspectiva teológica. La más antigua es la Jehovística o Yahvista (J, porque emplea el nombre divino Jahvé, transcrito igualmente como Jehová, o Yahvé), que por lo general suele datarse entre los siglos X o IX a.C. La segunda es la Elohísta (E, porque emplea el nombre general de Elohím para denominar a Dios), y suele situarse en el siglo VIII a.C. Tras esto está la Deuteronómica (D, limitada al Deuteronomio y a unos pocos pasajes de otros libros), de finales del siglo VII a.C. La última es la Sacerdotal (P, de ‘priest’, sacerdote en inglés, por su énfasis en la ley cúltica y en los asuntos sacerdotales), situada en los siglos VI o V a.C. J incluye una reseña narrativa completa desde la producción hasta la conquista de Canaán por Israel. E ya no es una narración completa, si es que alguna vez lo fue; su material más antiguo se remonta a Abraham. P se concentra en la alianza y en la manifestación de la ley en el monte Sinaí, aunque sitúa ambos elementos dentro de una narración que comienza en la producción.

Ninguno de los autores de estos archivos, si es que fueron individuos y no conjuntos, fue un autor ingenioso en el sentido moderno del término. Más bien trabajaron como editores que recopilaron, estructuraron e representaron tradiciones más antiguas, tanto orales como escritas. En consecuencia, la mayoría del contenido de las fuentes es mucho más antiguo que las propias fuentes. Algunos de los materiales escritos más antiguos son pasajes sustraídos de obras poéticas como Paso del Mar (Éx. 15), y parte del material legal tiene su origen en antiguos códigos. Una opinión actual recomienda que los relatos individuales del Pentateuco fueron recopilados bajo un epígrafe que aludía a múltiples temáticas trascendentales (la promesa a los patriarcas, el éxodo, la viaje del desierto, Sinaí y la conquista de la Tierra Prometida), adquiriendo su forma básica en torno al 1100 a.C. En cualquier caso, el relato de las raíces de Israel se conformó en y bajo la influencia de la comunidad de la fe.

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