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Pintura en el arte gótico tardío

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Pintura arte gotico tardio

París había encabezado el arte y la cultura europeas desde 1230. Pero, tras los estragos de la peste y el estallido del conflicto bélico de los Cien Años a mediados del siglo XIV, París perdió la supremacía y se transformó en uno más entre los muchos centros artísticos que florecieron en este periodo.

Dentro de la evolución pictórica del siglo XV se distinguen dos estilos, el estilo gótico internacional y el estilo flamenco. El primero corresponde a los dos últimos decenios del siglo XIV y perduró en la mayor parte de Europa durante la primera mitad del siglo XV. El estilo flamenco apareció en Flandes en el primer tercio del siglo XV, paralelamente al renacimiento italiano, y se difundió por el resto de Europa durante la segunda mitad del siglo. El estilo internacional apareció en el centro del continente como consecuencia de la fusión de elementos y formas del gótico lineal con las innovaciones técnicas e iconográficas aportadas por los pintores italianos del trecento (Giotto, Duccio, Simone Martini y los hermanos Lorenzetti).

El estilo se caracteriza por la valoración expresiva de lo anecdótico, la estilización de las figuras, el predominio de las líneas curvas tanto en los pliegues como en las posturas corporales, la introducción de detalles naturalistas con fines simbólicos y el empleo de una técnica minuciosa. En torno a 1400 en Francia comenzaron a florecer las cortes de los duques de Berry y Borgoña. En la corte del duque de Berry destacó el destacada taller de ilustración de manuscritos, con ejemplos magníficos de libros de horas como Las grandes horas y Las muy ricas horas del duque de Berry. El estilo gótico internacional contó con atrayentes artistas en Alemania, como el pintor Stefan Lochner y el maestro del Jardín del paraíso; y en España, con destacados miembros de la escuela aragonesa y catalana como Pedro Nicolau, Lluís Borrassà o Bernardo Martorell.

El estilo flamenco se inició en las cortes de los duques de Berry y de Borgoña. La destacado aportación de esta escuela es el uso de la técnica al óleo, que permite una mayor impetuosidad y enriquecimiento de la variedad cromática, la realización de veladuras y la obtención de colores formados. Los rasgos más definitorios del estilo flamenco fueron el mayor naturalismo, el gusto por el detalle a través de una técnica minuciosa y, en ocasiones, la codificación simbolista de la variedad cromática y de ciertos objetos. Los comenzadores de la escuela flamenca son los hermanos Hubert y Jan van Eyck, cuya primera obra célebre fue el retablo de El cordero espiritual de la iglesia de San Bavón de Gante. De Jan van Eyck es una de las mejores obras del arte flamenco, Giovanni Arnolfini y su cónyuge (1434, National Gallery, Londres). Otros pintores destacados son el maestro de Flémalle (Robert Campin), Rogier van der Weyden, Hans Memling, Dirk Bouts y Hugo van der Goes. Pero, dentro de la escuela destacó una figura excepcional, avanzada para su fase: Hieronymus van Aken, llamado El Bosco, que desarrolló en sus obras un universo surrealista en clave moralizante. Entre sus obras cabe citar El jardín de las delicias (Museo del Prado, Madrid).

A lo largo del siglo XV la influencia flamenca se difundió por toda Europa, identificada como un renacimiento nórdico ajeno al punto de vista conceptual de la edad media. En España la pintura flamenca tuvo un especial desarrollo gracias al trabajo de algunos pintores destacados como Luis Dalmau, Jaume Huguet, Jacomart, Bartolomé Bermejo y Fernando Gallego.

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