Dinastía de los Flavios y los Antoninos (69-192)

Los efímeros reinados de Galba, Otón y Vitelio entre los años 68 y 69 d.C. fueron seguidos por el de Vespasiano, que junto a sus hijos, los emperadores Tito y Domiciano, constituyen la dinastía de los Flavios (69-96). Resucitaron la sencillez de la corte en los comienzos del Imperio e pretendieron resarcir la autoridad del Senado y favorecer el bienestar del pueblo. Fue durante el reinado de Tito en el momento en que sucedía la erupción del Vesubio que devastó la zona al sur de Nápoles donde se encontraban las ciudades de Herculano y Pompeya. A pesar de que la literatura floreció durante el reinado de Domiciano, éste se transformó en sus últimos años en una persona inhumano y un gobernante tiránico. Este periodo de miedo sólo acabó con su homicidio.

Marco Coceyo Nerva (96-98) fue el primero de los denominados ‘cinco buenos emperadores’ junto a Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio. Cada uno de ellos era elegido y asumido legalmente por su precursor conforme su habilidad e integridad. Trajano llevó a cabo una campaña contra los dacios, armenios y partos, permitiendo que el Imperio alcanzara su mayor prolongación territorial; igualmente destacó por su extraordinario administración. El escritor satírico Juvenal, el orador y escritor Plinio el Joven y el historiador Tácito vivieron bajo el reinado de Trajano. Los 21 años de gobierno de Adriano igualmente fueron una etapa de paz y bienestar; tras ceder algunos de los territorios más orientales, Adriano consolidó el resto del Imperio y estabilizó sus límites. El reinado de su sucesor, Antonino Pío se singularizó igualmente por el orden y la paz. Las incursiones de varios pueblos emigrantes sobre múltiples zonas del Imperio agitaron el reinado del próximo emperador, el filósofo estoico Marco Aurelio, que gobernó junto a Lucio Aurelio Vero hasta el fallecimiento de este último. Marco Aurelio fue acontecido por su disoluto hijo Lucio Aurelio Cómodo, estimado como uno de los más sanguinarios y licenciosos tiranos de la historia. Fue asesinado en el 192 y con él finalizó la dinastía de los Antoninos (96-192).

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