Narraciones del Antiguo Testamento

Tanto en su forma como en su contenido, la gran mayoría de las obras escritas del Antiguo Testamento son narraciones, esto es, reúnen y refieren los capítulos del pasado. Si tienen, como casi todos, una trama (o al menos el avance de una tensión y su determinación), una caracterización de los personajes y una descripción del escenario en el que se generan los capítulos, son relatos. Por otra parte, numerosas obras narrativas del Antiguo Testamento son historias, aunque no se ajusten a la definición científica del término. Una historia es una narración escrita del pasado guiada por los sucesos, en la medida en que el autor pueda determinarlos e representarlos, y no por consideraciones estéticas, religiosas o de otra naturaleza. Las narraciones históricas del Antiguo Testamento son obras más conocidos que críticas, ya que los autores recurrieron frecuentemente a tradiciones orales, algunas de ellas poco creíbles, para redactar sus relatos. Adicionalmente, todas las narraciones se compusieron con un propósito religioso. Pueden, por lo cual, denominarse historias de salvación, ya que su propósito es procurar de esclarecer cómo intervino Dios en los capítulos humanos. Ejemplos de dichas obras son la Historia deuteronomística (desde el Deuteronomio hasta el 1 y 2 Reyes), el Tetrateuco (desde el Génesis hasta el libro de los Números) y la Historia del Cronista (1 y 2 Crónicas, Esdras y Nehemías). La así denominada Historia de la sucesión del cetro de David (2 Sam. 9-20, 1 Re. 1-2) es la narración bíblica que más se acerca al concepto moderno de la historia. El autor presta atención a los detalles de los acontecimientos y personajes históricos e representa el curso de los capítulos a la luz de las motivaciones humanas. Pero, puede intuirse la mediación divina en el trasfondo de los escrituras.

Otras obras escritas narrativas son: Rut, un breve capítulo; Jonás, un relato didáctico; y Ester, una obra literaria en prosa histórica o una leyenda festiva. Es probable que estas obras escritas tengan su origen en cuentos conocidos o leyendas. En las obras escritas deuterocanónicos pueden encontrarse algunos relatos didácticos: Tobías, Judit, Susana y Bel y el dragón.

En las obras escritas del Antiguo Testamento pueden hallarse muchos de estos y otros géneros narrativos. El Génesis, como la mayoría de las demás obras narrativas, está compuesto de diversos relatos individuales, muchos de los cuales circulaban de forma oral e independiente. Las historias patriarcales del Génesis (11-50) han sido denominadas leyendas, sagas y, con mayor precisión, sagas familiares. Muchas de ellas son etiológicas, esto es, que expresan un lugar, una práctica o un nombre en términos de su origen.

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