Estructura social y hábitos de anidación de las abejas

Una gran mayoría de las especies de abejas son solitarias: cada hembra hace su propio nido y aglomera provisiones para sus larvas. Algunas abejas, en cambio, son comunales. Son como las abejas solitarias, sin embargo varias hembras correspondientes a la misma descendencia comparten el mismo nido, construyendo cada una sus propias celdillas para alojar los huevos, larvas y pupas. Unos cuantos tipos de abejas son semisociales: viven en pequeñas colonias, de dos a siete integrantes de la misma descendencia, formadas por una reina, o destacado ponedora, y por varias trabajadoras. Probablemente sean 1.000 o más las especies de abejas que viven en pequeñas colonias formadas por una reina y unas cuantas hijas trabajadoras, entre las que las castas son casi indiscernibles. Estas especies forman colonias provisionales que suelen disgregarse en otoño; apenas la reina sobrevive al invierno. Los abejorros son un ejemplo familiar. Las abejas eusociales (‘en realidad sociales’) viven en grandes colonias formadas por hembras de dos concepciones: las madres (reinas) y las hijas (trabajadoras); los machos no ejercen papel alguno en la organización de la colonia, sin embargo son importantes para fecundar los huevos.

3.1 Abejas solitarias

Las abejas arcaicas, como las avispas de las que florecieron, son especies solitarias. Cada hembra construye su propio nido y sus celdillas, y llena cada una de éstas con una masa de polen humedecido con néctar o aceite. Cuando en una celdilla hay alimentos suficientes para alimentar a la larva hasta que alcance la etapa adulta, la hembra pone un huevo en su interior y luego la sella antes de cimentar una nueva celdilla.

3.2 Abejas sociales

Las abejas comunales hacen nidos y celdillas semejantes, sin embargo en su caso, cada nido (por un túnel perforado en el suelo) está ocupado por varias abejas. Las abejas semisociales y las eusociales más arcaicas hacen igualmente nidos y celdillas como los de sus parientes solitarias, sin embargo la construcción y aprovisionamiento de éstas es, frecuentemente, una labor conjunta. Las abejas altamente eusociales, unos pocos cientos de especies, forman colonias estables en las que la reina y las castas trabajadoras presentan estructuras muy diferentes, cada una de ellas especializada en una específica labor e incapaz de pervivir sin las demás. En las colonias de abejorros y de abejas altamente eusociales, las celdillas se elaboran, al menos en parte, con cera segregada por las obreras, que tienen unas glándulas especiales en sus abdómenes. En las especies de abejorros y de abejas melíferas legítimas la alimentación de las larvas es sucesiva; esto es, las celdillas se abren tantas veces como sea necesario o se quedan abiertas para que las obreras puedan escuchar a las larvas. Los abejorros y las abejas altamente eusociales son igualmente los exclusivos conjuntos de abejas que aglomeran miel y polen para consumo de los adultos, además de para las larvas.

3.3 Abejas parásitas

Las abejas parásitas son aquellas que no hacen nido ni buscan comida por sí mismas, sino que prefieren emplear los nidos y alimentos de otras especies de abejas para alimentar a sus crías parásitas. Las abejas parásitas pertenecen a dos tipos. Las iniciales irrumpen los nidos de las abejas solitarias, abren las cámaras de cría o penetran en las que están abiertas, ocultan sus huevos antes de que la abeja huésped ponga los suyos, y las cierran. De este modo, las crías de la abeja parásita se alimentan de la comida aglomerada en la cámara por su huésped. Los huevos o larvas jóvenes de la abeja huésped fallecen a manos de la hembra parásita o de sus larvas. Las abejas parásitas correspondientes al segundo tipo asesinan a la reina de una colonia y fuerzan a sus obreras a cuidar de sus larvas parásitas. Tanto las hembras de las iniciales como las de las segundas carecen de aspectos especiales como los cestos o cepillos para el polen y las glándulas productoras de cera, puesto que no precisan recolectar alimento para sus crías.

Clasificación científica: las abejas constituyen la superfamilia Apoidea, orden Hymenoptera (Hymenópteros), clase Insectos (Insecta). Las abejas se organizan en una serie de familias, en gran medida conforme las características de sus piezas bucales, y de otras difíciles de apreciar sin recurrir a la disección. La familia Colletidae se distingue de todas las demás en que su glosa (lengua) es ancha y roma o bilobulada. En esto se asemejan a las avispas, y han sido identificadas las más arcaicas entre las abejas. Todas las colétidas son solitarias.

Los integrantes de la grande y ubicua familia Halictidae reciben frecuentemente el nombre de ‘abejas del sudor’, ya que algunas de ellas son atraídas por el sudor. La gran familia de las Andrenidae se constituye de abejas de lengua corta que hacen nidos que consistes en túneles con una serie de ramificaciones que acaban en una o más celdillas. Una de las primordiales características de la grande y ubicua familia Megachilidae es el cepillo para llevar el polen ubicado en la parte inferior del abdomen de las hembras (excepto en el caso de las formas parásitas).

La holgada y diferente familia de las Anthoporidae, o abejas de lengua larga, contiene tres subfamilias. La primera, Nomadinae, está constituida por abejas parásitas. La segunda subfamilia, Anthophorinae, contiene un gran número de abejas robustas y peludas que, por lo general, son solitarias, sin embargo en ocasiones son parásitas o comunales. Casi todas las especies de la tercera subfamilia, Xylocpiensae, anidan en la madera o tallos de plantas, excavando sus propios túneles o empleando los sucesos por concepciones previos.

La familia Apidae se distingue de todas las demás abejas en que el cepillo del polen, limitado a la pata trasera, se disminuye a una hilera de pelos largos que cercan un espacio libre de la tibia. De este modo pues, éstas son las únicas abejas en las que la estructura de transporte del polen está constituida por largas cerdas curvadas que forman una especie de cesto (corbícula). La familia se organiza en cuatro grandes conjuntos (tribus). El primero es el de las Euglossini, o abejas de las orquídeas, apenas presentes en los trópicos de América. El segundo conjunto, Bombini, contiene apenas los familiares abejorros peludos y los Psithyrus, emparentados con ellos, que son parásitos sociales de los primeros. El tercer conjunto, el de las abejas melíferas tropicales, eusociales y sin aguijón (Meliponinae), se diferencia en tamaño desde la más pequeña de las abejas a especies más grandes que las abejas melíferas. El cuarto y último conjunto de Apidae es el de las Apinae. Contiene apenas el género Apis, la legítima abeja melífera, formado por unas cinco especies, todas las cuales son eusociales.

Para más detalles sobre la estructura social, la compleja comunicación y la relevancia financiera de la abeja melífera común, véase Abeja melífera.

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