Abilio Manuel Guerra Junqueiro

Abilio Manuel Guerra Junqueiro (1850-1923), poeta y satírico portugués cuya agria condena de la sociedad portuguesa le hizo merecedor de un puesto destacado en el movimiento republicano cambiador de su país.

Nació en Freixo de Espada à Cinta, provincia de Trás-os-Montes, en 1850. Posteriormente a estudiar Teología en la Universidad de Coimbra, se inscribió en la carrera de Derecho y se graduó en 1873.

A lo largo de sus años universitarios formó parte de un conjunto de intelectuales conocido como la descendencia del 70, y después se volvió miembro de Os Vencidos da Vida (Las víctimas de la vida), otro cenáculo literario.

Su reputación de poeta y satírico le vino en primer lugar por la publicación en 1874 de La fallecimiento de don Juan, en la que retrata al protagonista como un ser vil e inmoral sin embargo al que se le aguanta por ser víctima del sentimentalismo corruptor del romanticismo. El asunto del romanticismo como impulsor de la corrupción social fue central en su obra. Incluso en Patria (1896), poema que alienta la rabia de la vanidad nacional injuriada porque los ingleses imposibilitaron la expansión colonial portuguesa en África, culpa a la vanidad y las pretensiones de la dinastía de los Braganza.

Los simples (1892) está identificada como su obra lírica más conseguida y canta la sencilla vida rural portuguesa de su infancia. Guerra supo adaptar su poesía a un mundo se modificante sin aferrarse jamás a un solo estilo, lo que no imposibilita que tenga una gran fuerza; además fue capaz de evidenciarse en términos que van desde la furia en llamas a la misericordia más dulce.

Guerra Junqueiro intervino en la política activa y fue miembro de la Cámara de diputados entre 1880-1881 y 1888-1889. En 1911, un año tras la revolución, fue nombrado embajador en Suiza, puesto que conservó hasta 1914. Finalmente de su vida, retirado en su país, experimentó una conversión religiosa —pese a su efusiva denuncia de Dios en su obra vitriólica La vejez del Padre Eterno (1885)— y falleció católicamente el 7 de julio de 1923 en Lisboa.

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