El casamiento es legal a los 16 años, sin embargo la gente suele contraer matrimonio en torno a los 25. La mayoría de las nupcias se conmemoran en la iglesia, y sólo una minoría en el registro oficial. Posteriormente al culto, en el ámbito rural, numerosas personas se preservan en estrecho contacto con la familia, visitándola frecuentemente. Muchas relaciones, específicamente en las extensiones urbanas, viven juntas antes de contraer matrimonio o sin tentativa de contraer matrimonio.
Desde siempre, en las familias irlandesas los vínculos entre hermanos son en especial fuertes. En las extensiones rurales, los integrantes de las familias espaciosas suelen vivir cerca, y los familiares que se han llevado a Dublín, o que han emigrado al extranjero en busca de trabajo, suelen retornar en Navidad y en otras celebraciones familiares o funerales. Tradicionalmente, la mujer no ha trabajado fuera de casa, excepto para auxiliar en la hacienda familiar, sin embargo en Dublín y otras ciudades la mayoría de las mujeres tienen empleos. En torno al 43 (2006) de la población activa son mujeres. Los niveles salariales para la mano de obra femenina siguen siendo más bajos que los de los hombres, sin embargo la discriminación por sexo es ilegal. Desde 1991, los irlandeses han denominado de manera consecutiva a dos mujeres como presidentas.
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