Ahorro de energía

Ahorro de energía, esfuerzo por disminuir la cuantía de energía para usos industriales y domésticos, en especial en el mundo desarrollado.

En otros tiempos, la energía disponible en relación a la demanda de consumo humano era rebosante. La madera y el carbón vegetal eran el destacado combustible hasta la aparición, en el siglo XVIII, del combustible de carbón mineral con la Revolución Industrial. Aún hoy la madera constituye el 13% de la energía mundial, y la mayoría se quema de modo poco eficaz para cocinar y calentar los hogares en los países menos desarrollados. Un tradicional aldeano de la India gasta cinco veces más energía que un europeo para organizar la cena sobre el fuego o empleando la madera para quemar. La consecuencia de ello es que la madera como combustible está comenzando a escasear en África y el Sureste asiático.

En Europa, y en específico en Gran Bretaña, los suministros de madera comenzaron a disminuir en la mitad del siglo XVIII, sin embargo el carbón disponible iba aumentando. El carbón se utilizaba para usos domésticos y para las máquinas de vapor necesarias para bombear el agua de las minas de carbón y, de este modo, incrementar la producción de este preciado combustible. La máquina de vapor de caldera de carbón igualmente hizo posible el transporte por ferrocarril, con el invento de la locomotora, que acabó una forma de propulsión más segura y eficaz que numerosas otras. No es necesario recalcar la gran eficacia de este invento; la conversión de la energía química del carbón en energía mecánica de la máquina alcanzaba un rendimiento inferior al 1%.

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