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Caída de Constantinopla

Caida Constantinopla

Constantinopla era una de las ciudades más importantes del mundo. Fue un nexo comercial que unía Asía con Europa por tierra, además de ser el principal puerto en las rutas comercial que iban y venían entre el Mar Mediterráneo y el Mar Negro. El cisma entre las Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica mantuvo a Constantinopla alejada de las naciones occidentales. La amenaza turca hizo que el emperador Juan VIII Paleólogo promoviera un concilio en Ferrara, Italia, donde las diferencias entre las dos iglesias se resolvieron rápidamente.

Ataque turco a Constantinopla

El 6 de abril 1453 comienza oficialmente el asedio de la ciudad bizantina, en el momento en que el gran cañón disparó el primer tiro en dirección al valle del Río Lico. Hasta entonces, la muralla fue imbatible, pero en menos de una semana comenzó a ceder al no soportar los ataques con cañones. El ataque otomano se restringió a apenas un frente, lo que facilitó que los bizantinos pudieran resistir el asedio por más tiempo.

Los bizantinos consiguieron evitar el ataque por detrás, dado que las paredes laterales quedaron reforzadas por torres con cañones y artillería. Su estrategia militar de defensa pondría fin a la flota enemiga. En los comienzos del asedio, los bizantinos obtuvieron dos victorias consecutivas. El día 20 de abril, los bizantinos avistaron las naves enviadas por el Papa, junto con otra nave griega. Las embarcaciones alcanzaron con éxito el Cuerno de Oro.

Ya el 22 de abril, el sultán aplicó un golpe sobre las defensas bizantinas. No puedo cruzar el arroyo que cerraba el Cuerno de Oro, el sultán mandó a construir una carretera al norte de Pera, por donde sus barcos pudieran ser empujados desde tierra, rodeando la barrera.

Con los buques dispuestos en un nuevo frente, los bizantinos simplemente no tendrían soluciones para la reparación de sus muros. No pudiendo escoger otra opción, los bizantinos se vieron forzados a contraatacar. El 28 de abril, los bizantinos se arriesgaron en un ataque sorpresa contra los turcos en el Cuerno de Oro, sin embargo, fueron descubiertos por espías y ejecutados.

El último ataque

El 28 de mayo las tropas recibieron la orden de descanso por Mohamed II para llevar a cabo el asalto final al día siguiente. Después de dos meses de intensos combates, por primera vez no se escuchó el ruido de los cañones y las tropas en movimiento.

Para tratar de levantar la moral para el momento decisivo, todas las iglesias de Constantinopla tocaron sus campanas durante todo el día. En la mañana del 29 de mayo de 1453, Mohamed II se centró un ataque concentrado en el valle del Lico.

Por cerca de dos horas los soldados bajo el mando de Giovanni Giustiniani Longo, trataron de resistir el ataque, empero, las tropas estaban cansadas, y todavía tendría que enfrentar al ejército regular de 80.000 turcos.

Un gran cañón abrió una brecha en la muralla, por la cual los turcos concentraron los ataques. Llegados a esta situación, Constantino coordinó una cadena humana para mantener a los turcos ocupados mientras la muralla era reparada.

Preocupados con ataques en el Lico, los bizantinos cometieron el error militar de dejar la puerta de la muralla noroeste semiabierta. Con ello, un destacamento otomano consiguió invadir el espacio entre las murallas interna y externa. Con el comandante Guistiniani herido y llevado para el navío, los soldados griegos perdieron el liderazgo, lucharon desordenadamente contra los turcos que fueron bien disciplinados en su estrategia. El momento final de la caída de Constantinopla vino representado cuando el emperador Constantino XI levantó su espada y se dirigió hacia el combate donde nunca más fue visto.

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