A caballo regalado, no le mires el diente. E…

A caballo regalado, no le mires el diente.
En alusion a la inveterada costumbre de los ganaderos de examinar cuidadosamente la dentadura de las caballerias antes de comprarlas, a fin de comprobar la edad del animal, dice el refran que el obsequio, cualquiera que sea, debe ser acogido sin reparo alguno.

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