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Monstruos en la ciencia y la cultura

Resident Evil

Los monstruos siguieron una evolución paralela a la del desarrollo de las civilizaciones. Poco a poco, la relación social o existencial iría desapareciendo para establecer un nuevo vínculo entre monstruos y ciencia, comenzada con la literatura de terror de la era victoriana, en la Inglaterra del siglo XIX, y posteriormente profundamente explorada por el cine.

Frankenstein, Dr. Jekyll y Mr. Hyde y la Isla del Doctor Moureau son obras donde la ciencia crea sus propios monstruos. El pecado humano va más allá de las fronteras de lo conocido, y nuestro intento de controlar las leyes de la naturaleza se convierte en la propia destrucción o deformación del ser humano.

El cine, después de la Segunda Guerra Mundial, presenta monstruos gigantes, que generalmente son explicados como consecuencia de los conflictos internacionales en la era nuclear. Godzilla y otros monstruos son la advertencia al propio ser humano. El mal uso de la tecnología y el viaje a lo desconocido podrían conducir a la generación de monstruos, ya sea en el espacio exterior, o en el propio planeta.

Con la gran expansión del conocimiento geográfico en el siglo pasado, gracias a tecnologías como el satélite, el radar y el sonar, los monstruos ampliaron su geografía al espacio. Ya no vivían únicamente en los glaciares, como en los libros de H.P. Lovecraft, o profundos lagos de Escocia, como el monstruo del Lago Ness. En la actualidad, los monstruos habitan en otros planetas, esperando a ser encontrados por tripulaciones espaciales.

Los monstruos también nacen de las infecciones, creando todo un género cinematográfico. Las grandes epidemias inspiran películas como 28 Días Después (2002), 28 Semanas Después (2007) o Yo soy Leyenda (2007). En este contexto, vampiros y zombis se convierten en los nuevos monstruos de hoy.

Raza alienígena

En el caso de los extraterrestres, es revelador percibir que esas criaturas mantienen un aspecto humanoide deformado surgido del imaginario humano a finales del siglo XIX. Aunque existían indicios de creencias en seres alienígenas en civilizaciones antiguas, fue apenas con el desarrollo de la astronomía moderna que ellos dejaron de estar unidos al ámbito sobrenatural y la religión. La noción de ser extraterrestre, en un contexto antiguo, entonces, sería muy parecido a la idea de dioses y demonios. Del mismo modo, el aspecto moderno de los OVNIs y la primera investigación oficial de este fenómeno sólo empezó durante la Segunda Guerra Mundial, con el testimonio de error del eje de la aeronave por los pilotos de los países aliados. Poco después, la paranoia crecía cuando un piloto civil americano afirmaría haber visto un objeto volador extraño durante el verano de 1947.

En lo años 50, en el contexto de los avances tecnológicos y de la hecatombe nuclear de la Guerra Fría, recobró con fuerza el temor a las invasiones alienígenas. Varios libros y versiones cinematográficas alimentaron y exploraron estos miedos en la sociedad de la época. El género comenzaría iniciado por la obra La guerra de los mundos de H.G. Wells. La película inspirada en la obra de título homónimo retrataba a los alienígenas como monstruosos seres invasores y destructores de la humanidad.

Infecciones y virus

El horror de una guerra biológica entre las dos potencias mundiales, Estados Unidos y Rusia, llenaría a la sociedad de nuevos temores y pesadillas. Los casos de terrorismo global agravaron la situación.

La creación y el uso de virus como posibles armas de destrucción masiva era una idea aterradora, no sólo porque el virus representa necesariamente una muerte segura, sino porque podría enfermar y transformar a los seres humanos. Ejemplos inspirados en estas ideas fueron Slayer y Yo soy leyenda.

Esto es aún más preocupante si tenemos en cuenta la historia de las civilizaciones y los efectos devastadores provocadores por epidemias, endemias y pandemias a lo largo de los siglos como, por ejemplo, la peste negra o la gripe aviar.

Más recientemente, con el refuerzo de una ciudad influenciada fuertemente por la tecnología, se desarrollo el miedo a la propia nanotecnología y la posibilidad de que el ser humano fuera destruido por su propia creación. Grandes obras de ciencia ficción plantean un mundo post-apocalíptico donde la tecnología sometería al ser humano al papel de un esclavo.

Pero debemos admitir que los monstruos no sólo evocan el miedo puro y primitivo. Los seres de animación Monstruos SA (2000) o la saga animada Shrek (2000-2013) son buenos ejemplos de simpatía por el antihéroe. Ellos no tienen miedo, sin embargo, nos hacen reír. Los monstruos, entonces, pueden existir no sólo como un vestigio primitivo del terror, sino como alegorías subliminales.

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