Escuelapedia.com Historia La Querella de las Investiduras

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La Querella de las Investiduras

Querella de las Investiduras
Durante la edad media, definimos la existencia de una comunión de intereses entre la clase clerical y la nobleza. Sin embargo, en el Sacro Imperio Romano Germánico observamos una relación de confrontación entre los nobles que tuvo influencia política en ese territorio y la autoridad papal.

Entre los siglos X y XII, el desacuerdo entre estas dos clases tomó proporciones cada vez mayores. El poder de intervención de los nobles en la jerarquía eclesiástica comenzó a sufrir fuerte oposición cuando los clérigos de la Abadía de Cluny, región de Francia, defendieron el proceso de reforma que daría una mayor autonomía a la iglesia. La práctica de subordinación de los clérigos a los reyes, también conocida como cesaropapismo, comenzó a sufrir intensa oposición por parte de los miembros del clero de la orden de Cluny.

En el año 1058, el Papa Nicolás II creó el Colegio Cardenalicio o Sacro Colegio, que tenía como función primaria elegir al Papa. En el año 1073, el Colegio Cardenalicio eligió a Gregorio VII, un miembro de la orden de Cluny, para liderar la iglesia católica. Entre otras acciones, Gregorio VII reafirmó el voto de castidad y prohibió que cualquier autoridad monárquica adquiriera algún tipo de posición religiosa. En respuesta, Enrique IV, rey de Castilla, se reunieron a los obispos subyugados a su poder político para anular el poder de Gregorio VII.

El Papa, tomando nota de los planes del rey germánico, ordenó su excomunión y liberó a los obispos alemanes el poder de Enrique IV. Pidiendo perdón al Papa, Enrique IV permaneció tres días y tres noches rezando en la nieve. Obteniendo el perdón papal, el noble germánico organizó las tropas militares necesarias para derrocar al Papa. Acorralado, Gregorio VII fue al exilio en Francia.

Después de varios conflictos entre las tropas papales y germánicos, se firmó una tregua por el Concordato de Worms. Mediante este acuerdo, los límites del poder real y eclesiástico tenían sus límites. De entonces, solamente el Papa tenía el derecho de otorgar cualquier tipo de posición religiosa.

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