Escuelapedia.com Filosofia John Locke: empirismo crítico

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John Locke: empirismo crítico

John Locke
La filosofía empírica (del griego empeiria – experiencia) gana una función paradigmática, sistemática, metodológica y critica consciente desde John Locke.

Siguiendo la línea del empirismo tradicional acepta que todo conocimiento proviene de la experiencia, por lo tanto, los sentidos, y Locke busca entender cuál es el origen, función y los límites del entendimiento humano. Para ello, critica la noción cartesiana del sujeto como sustancia. “La mente es una tabula rasa”, como diría Aristóteles, que se reproduce aquí para mostrar que no hay nada en la mente que no estaba antes de los sentidos.

Según Locke, la mente está desprovista de contenido, donde la sensibilidad de los datos va imprimiendo allí las ideas de lo que podemos conocer. Aquí, la idea no tiene el mismo significado que en Descartes, las ideas no son innatas. Las ideas son innatas sir residen en el espíritu humano, son anteriores al nacimiento y sirven para coordinar al hombre. Para el filósofo empirista, el conocimiento humano está determinado por las impresiones de la sensación, no de una base innata inteligible. Cuerpo y mente son uno, no son distintos como Descartes afirmaba. Tenga en cuenta que todavía estamos trabajando con la noción de sujeto como fundamento, pero ahora ya no hay un sujeto universal (la razón), pero si un tema en particular en el que todas las representaciones (ideas) se cierran en la forma en que cada individuo percibe la realidad. La pregunta es entonces: ¿Cómo podemos universalizar los juicios ya que las representaciones son particulares? La respuesta a continuación.

En primer lugar, para Locke la única cosa que puede ser innata en el hombre es la capacidad de inferir (abstraer) las ideas de los hechos singulares (como en Aristóteles) en lugar de las propias ideas que son innatas (como en Descartes). En su Ensayo sobre el entendimiento humano, Locke hace una especie de cartografía sobre cómo nuestra mente es capaz de producir ideas. Las ideas surgen de las sensaciones. No hay pensamiento puro acerca de los conceptos meramente inteligibles sino que el pensamiento está siempre pensando en algo recibido por las sensaciones impresas en nuestra mente. La experiencia no es más que la observación de los objetos externos como las operaciones internas de la mente. El pensamiento no es formal, sino una síntesis entre la forma y el contenido derivado de la experiencia y se limita a esto. La experiencia puede ser de dos tipos:

  • 1. Experiencia exterior, de la que se derivan las ideas simples de sensación (extensión, figura y movimiento…)
  • 2. Experiencia interior, de la que se derivan las ideas simples de reflexión (dolor, placer…).

 

De esta manera, Locke llama de cualidad el poder de las cosas que tienen para producir las ideas en nosotros y distingue:

  • Cualidades primarias, son las cualidades reales de los cuerpos, de las cuales las ideas correspondientes son copias exactas.
  • Cualidades secundarias, son las posibles combinaciones de ideas, siendo en parte subjetiva, de modo que las ideas de ellas no corresponden exactamente a los objetos (color, sabor, olor…).

La mente, según Locke, tiene suficiente poder para operar las combinaciones de ideas simples para formar ideas complejas como para separar las ideas entre sí para formar las ideas generales. Para él, hay tres tipos de ideas complejas:

  • 1. Ideas de modo, que son afectos de la sustancia.
  • 2. Ideas de sustancia, nacidas de la costumbre de asumir un sustrato en el que subsisten algunas ideas simples.
  • 3. Ideas de relaciones, que surgen como rivalidad de lo que el intelecto instituye entre las ideas.

Locke también admite la idea general de sustancia, obtenida por la abstracción y no niega la existencia de sustancias, pero si niega la capacidad humana de tener ideas claras y distintas. Según Locke, la esencia real sería la estructura de las cosas, pero nosotros solo conocemos apenas la esencia nominal, que consiste en el conjunto de cualidades que debe tener para recibir ese nombre.

De esta manera, la abstracción (que en los antiguos era el medio por el cual se accedía a la esencia del ser) se vuelve el Locke una parcialización de otras ideas complejas: lo general es lo universal no pertenecen a la existencia de las cosas, sino que son invenciones del propio intelecto que se refieren apenas a las señales de las cosas, sean palabras o ideas.
El conocimiento, entonces, es la percepción de la conexión o acuerdo (o desacuerdo y contraste) entre nuestras ideas.

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