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hule

hule
Más propio de otras épocas y oculto bajo las faldillas en las familiares mesas camillas y bajo las sábanas para evitar manchas permanentes en los colchones, el hule ha sido viejo compañero de una vida de permanente prevencion y ahorro, de un concepto especial de la higiene doméstica, y todo un simbolo de un tiempo que empieza a parecer rancio.
Son varios los problemas que presenta esta palabra para encontrarle su filiacion etimologica, habida cuenta de que no se trata de una palabra sino de dos, aunque esto tampoco esté muy claro, como veremos, circunstancia que también influirá en el momento de determinar la etimologia.
Por un lado, tenemos la palabra hule con el significado conocido de ‘tela tratada con oleo y barnizada para impermeabilizarla’, que es la más familiar en España, pero, por otro, existe el hule que significa ‘caucho, goma elástica’, más conocida en Hispanoamérica. Por lo que hace a la etimologia, muchas teorias sostienen que el primer hule, con ciertas reservas, podria proceder de la antigua expresion francesa toile huilée con el significado de ‘tela aceitada, tratada con aceite (en francés huile)’, lo cual puede ser perfectamente válido, con una mera adaptacion del acento francés al español, donde son mayoria las palabras llanas sobre las agudas. Esta teoria podria afirmarse con el hecho de que en portugués el hule se dice directamente oleado, es decir, ‘aceitado’, y en inglés oil-skin (lishy;teralmente, ‘cobertura con aceite’) u oil-cloth (literalmente, ‘tela con aceite’), palabra que está recogida en este idioma mucho antes que en español, si bien hay algunos inconvenientes, que nos llevan al segundo hule.
Parece que no hay duda de que el origen de la segunda palabra está en el idioma nahua o náhualt, el que hablaban y hablan los indios mejicanos, en la palabra olli (u ollin, o ulli, o uli) con los valores de ‘árbol del hule’ y ‘sustancia viscosa vegetal, caucho, goma, hule’, quizá tomado de su verbo olini, que significa ‘moverse, agitarse’, en clarisima referencia a la elasticidad del caucho. Obviamente, no haria falta decir que, en este caso, la h- es absolutamente antietimologica, sin que parezca justificada su presencia.
Pero queda sin determinar si existe o no relacion entre ambas palabras, y, por tanto, entre sus respectivas etimologias. No falta quien apunta que en realidad estamos ante la misma palabra que se diversificó en caminos diferentes, teoria reforzada por el hecho de que, pese a lo dicho sobre la etimologia francesa del primer hule, en el francés actual éste se diga toile cirée, es decir, ‘tela encerada’, el mismo concepto que se mantiene hoy en italiano en su tela incerata, o en alemán Waschstuch, donde no hay ni rastro del antiguo aceite, sino de cera (u otro barniz), lo cual la desvincularia de la etimologia francesa y la acercaria a la centroamericana. Por otra parte, es obvio que los hules son, en condiciones normales, elásticos, es decir, como el caucho, como la goma, lo que seria una prueba evidente de la participacion de la sustancia en la tela impermeable, y, lo que seria logico, de su etimologia en ésta, con lo que la idea de un solo origen cobraria valor.
Quizá a modo de curiosidad, digamos que las primeras cintas métricas que usaban sastres y modistas se hacian de hule, pero tenian un pequeño problema. La caracteristica elasticidad de este material jugaba la mala pasada de que, al imprimirle las medidas con los centimetros, el calor de la operacion dilataba las cintas, momento en el que median más (se calcula una media de dos centimetros), fenomeno que se invertia al enfriarse el material. De este modo, los metros median, más o menos, 98 centimetros aunque se les echara la culpa del mal corte a los alfayates. Anécdota aparte, quede así constancia de la evidente elasticidad del hule, lo cual, como se ha dicho, guardaria relacion con su etimologia, aunque solo sea una teoria.

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