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chulo

chulo
Este ambivalente adjetivo que tanto sirve para hablar de algo bonito, como de alguien pretencioso o descarado o, como sustantivo, del explotador de prostitutas, es incapaz de poner de acuerdo a etimologistas, linguuml;istas y otros estudiosos, dado que le han buscado familia árabe, mozárabe, gitana, aimará, etc. Lo que parece claro es que se trata de un modelo de reducciones, diminutivos y acortamientos a partir de una etimologia que, casi sin duda, podria estar en el latin. Reconstruyamos la historia de adelante atrás para ir viéndola mejor.
El primer paso que damos nos lleva al italiano donde encontramos la forma ciullo, ya en desuso, que significaba ‘chico, niño’. Siguiendo un poco más, vemos que este ciullo no era sino un acortamiento de otra palabra italiana que los aficionados a la musica conocen bien, pues da titulo a una opera y un aria de Giacomo Puccini (1858-1924). La palabra es fanciulla, la opera, La fanciulla del West, es decir, La chica del Oeste, estrenada en 1910, y el aria, una de las más hermosas del bel canto, es O soave fanciulla, de la opera La Bohegrave;me. Avanzando un paso más, descubrimos que fanciullo (que en italiano actual es origen de palabras como fanciullesco o fanciullezza) es la forma del diminutivo de la voz fante, acortado -nuevamente- del latin agrave; infante, es decir, ‘niño’. Vemos, pues, que infante se redujo a fante, que derivó en fanciullo, que se acortó a ciullo, y que, por fin, llegó a nuestra lengua, adaptando la grafia a la pronunciacion italiana.
Por lo que hace al proceso de modificacion de sus significados, debe partirse del valor original de la palabra, que era el de ‘joven, muchacho, chaval’, y del hecho de que se desarrolló intensamente en la germania (la jerga de los malhechores) y ambientes marginales del Siglo de Oro. A partir de aqui, la palabra empezó a producir dos significados diferentes: por un lado mantuvo el primitivo ‘chico, joven’ pero cada vez más relacionado con registros vulgares, hasta el punto de que la palabra se envilecio, se cargó con valores negativos, hasta aproximarlo al de ‘hombre que acompaña a las prostitutas’, en un proceso que siguió hasta el valor de ‘rufián, proxeneta’ actual, lo que le valió la connotacion conocida de ‘desvergonzado, descarado’. agrave; rufián, proxeneta. Por otro lado, el chulo iba generando, especialmente en sus trajes y hábitos, cierto valor de ‘riqueza, novedad’, de forma tal que, también entre la prostitucion, eran trajes y enseres chulos, hasta llegar al valor de ‘atractivo, llamativo’, pero manteniéndose en contextos familiares y coloquiales.
Sin embargo, y para intentar exponer una vision lo más completa posible de la complicada historia de esta palabra, no podemos obviar las teorias que le otorgan un origen árabe, a través de la voz chulapo, ‘muchacho’, que antes se aplicaba tanto al gracioso, al picaro, como al que asistia en el matadero para ayudar al encierro de las reses mayores, y al que en las corridas de toros ayudaba a los toreros y caballeros, si bien hay textos que demuestran como en tiempos anteriores esta palabra alcanzó el mismo significado de ‘proxeneta’ que ahora tiene. Asi, don Francisco de Lugo y Dávila, escritor madrileño del siglo XVII, dice en su novela De la hermania, imitacion de la cervantina Rinconete y Cortadillo: A este punto entraron la Marfusa y la Zaragozana, cada una con su chulo, su cesta y su bota, ante lo cual es necesario aclarar que ambas mujeres no eran sino dos famosas prostitutas.
Por ultimo, se ha querido ver un origen gitano a la palabra en la forma chulo, ‘gordo’, pero tanto por su significado como por la escasa presencia de gitanismos en las hablas de germania, no parece ser muy adecuada esa etimologia.

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