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Tejidos celulares

Tejidos

La necesidad de supervivencia fue lo que llevó a los organismos unicelulares, a través de millones de años de evolución, a unirse, formando seres complejos con muchas células, organismos multicelulares. Dichos seres poseen características particulares: la colaboración y la división del trabajo entre sus células y tejidos. Esto permitió a estos organismos explorar nuevos entornos y diferentes ambientes, pues les dio las herramientas necesarias para competir con los organismos unicelulares que entonces tenían más éxito en la Tierra. A partir de entonces, hubo innovaciones de la vida en nuestro planeta, como las plantas que poseen raíces, tallos y hojas (cada parte hace su trabajo) y los animales cada vez más complejos y diversas que se pueden mover, sentir, etc.

Para que este cambio se produjera, las células eucariotas, aisladas inicialmente, evolucionaron para ser reconocidos como parte del mismo organismo. Animales como las esponjas o poríferos se componen de tres capas de células: el interior, responsable de la digestión de las partículas aspiradas con el agua; la media y la externa, protegiendo del ambiente externo. Es posible separar por completo las células de una esponja, vertiendo un producto químico que va a digerir el «pegamento» que las une. Pero, ¿Qué sucede entonces? ¿Las células mueren? En realidad no, ellas se reagrupan y se ordenan de modo que reconstituyen internamente el animal. Esto sucede porque ellas consiguen reconocerse como parte de un mismo sistema vivo: poseen las mismas «señales de identidad» en sus superficies.

También hay seres, como el alga Volvox, que se compuestos de cientos de células que comparten el mismo citoplasma y por tanto son dependientes entre sí, ya no pueden vivir aislados. Por otra parte, en el alga Volvox, existe una división del trabajo: algunas células se especializan en la tarea reproductiva, mientras que otros conduce a la colonia con sus flagelos a través del agua.

Estos hechos nos muestran hoy en día, el modo en que este proceso de reconocimiento de las células podría haber evolucionado los seres más simples hace millones de años, quedando presentes en todos los animales vivientes complejos. Es por causa de la evolución de este proceso que tenemos problemas de incompatibilidad en los trasplantes de órganos de médula ósea: es difícil encontrar un donante cuyas células tengan las mismas señales de identidad que el receptor del órgano trasplantado.

En un ser pluricelular (o pluricelulares) todas las células provienen de una célula madre, que se divide muchas veces, y cuyas hijas células se especializan, desempeñando distintos papeles. A medida que las células se van especializando, ellas se agrupan siguiendo criterios o patrones para formar diferentes tejidos en un determinado ser. En la Hydra, un cnidario pariente de las anémonas, los corales y las medusas, las células están dispuestas como en una piel fina: permanecen de lado a lado, bien juntas, con conexiones que las cogen firmemente, definiendo una capa que aísla el animal del ambiente externo (ectodermo) y la definición de un ambiente interno donde la digestión puede suceder (endondermo).

Los epitelios son simples ejemplos de tejidos, que constan de varias células en una capa o capas múltiples, donde el conjunto de células tiene la función de las superficies recubiertas externas o internas. El desarrollo de pieles o epitelios internos o externos en los animales es un paso importante en el desarrollo porque permite, por primera vez, el aislamiento del medio interno en relación con el ambiente externo. De esto, varios otros órganos y tejidos han evolucionado y aparecieron otros varios tipos de animales.

De esta manera, el tejido no es un simple conjunto de células, sino un conglomerado de células que funciona de forma coordinada para llevar a cabo ciertas tareas, tales como la producción de energía mediante la captura de la luz del sol, estar aislado del ambiente externo, absorber los nutrientes, la contratación y para permitir el movimiento, apoyando a todos los otros tejidos y permitir que la comunicación entre los tejidos distantes, o para acumular energía en forma de compuestos, entre otras funciones.

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