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Sistema Esquelético

Sistema esqueletico

El sistema esquelético se compone de cartílagos y huesos, además de ligamentos y tendones. El esqueleto apoya y da forma al cuerpo, protege los órganos internos y actúa junto con los sistemas muscular y articular para permitir el movimiento. Otras funciones del sistema esquelético son la producción de células sanguíneas en la médula ósea y el almacenamiento de sales minerales, como el calcio. El hueso es una estructura viva, muy resistente y dinámica pues tiene la capacidad de regenerarse cuando sufre una fractura.

Estructura de los huesos

La estructura ósea está compuesta de diversos tipos de tejidos conectivos (denso, óseo, cartilaginoso, adiposo y sanguíneo) y de tejido nervioso.

Los huesos largos son formados por capas, a saber:

  • Periostio: la más externa es una membrana fina y fibrosa (tejido conectivo denso) que rodea el hueso, excepto en las regiones de articulación (epífisis). Es en el periostio que se insertan los músculos y tendones.
  • Hueso compacto: el hueso compacto está compuesto por calcio, fósforo y fibras de colágeno, que le dan fuerza. Es la parte más rígida del hueso, formada por pequeños canales donde circulan nervios y vasos sanguíneos; entre estos canales hay espacios donde se encuentran los osteocitos.
  • Hueso esponjoso: el hueso esponjoso es una capa menos densa. En algunos huesos apenas esta estructura está presente y puede contener médula ósea.
  • Canal medular: esta es la cavidad donde se encuentra la médula ósea, generalmente presente en los huesos largos.
    Médula ósea: la médula roja (tejido sanguíneo) produce las células sanguíneas, pero en algunos huesos deja de existir y sólo hay médula amarilla (tejido adiposo) que almacena la grasa.

Los huesos y el esqueleto

Sistema esqueletico

El esqueleto humano está compuesto por 206 huesos con diferentes tamaños y formas, pudiendo ser largos, cortos, planos, de sutura, sesamoideos o irregulares. Se puede dividir en esqueleto axial y apendicular.

Esqueleto axial

Los huesos del esqueleto axial están en la parte central del cuerpo, o cerca de la línea media, que es el eje vertical del cuerpo. Componen esa parte del esqueleto: la cabeza (cráneo y huesos de la cara), la columna vertebral y las vértebras, el tórax (costillas y esternón) y el hueso hioides.

Cráneo y huesos de la cara

La cabeza está formada por 22 huesos (14 de la cara y 8 de la caja craneal) y hay todavía 6 huesos que componen el oído interno. El cráneo es extremadamente resistente, sus huesos íntimamente unidos y sin movimientos. Protege el cerebro y contiene los órganos de los sentidos.

Columna vertebral

La columna vertebral está formada por vértebras unidas entre sí por articulaciones, lo que hace que sea una columna bien flexible. Cuenta con curvaturas que ayudan a equilibrar el cuerpo y amortiguan los choques durante los movimientos. Se compone de 24 vértebras independientes y 9 que están fundidas.

  • Cervicales: son 7 las vértebras del cuello, siendo que la primera (atlas) y la segunda (axis) favorecen los movimientos del cráneo;
  • Torácicas o dorsales: son 12 y se articulan con las costillas;
  • Lumbares: esas 5 vértebras son las mayores y son las que mayor peso soportan;
  • Sacro: esas 5 vértebras son llamadas sacras, están separadas en el nacimiento se funden más tarde formando un único hueso. Es un importante punto de apoyo para la cintura pélvica.
  • Cóccix: son 4 pequeñas vértebras coccígeas que, como las sacras, se vuelven unidas en un hueso único en el inicio de la edad adulta.

Tórax

El tórax consta de 12 pares de costillas conectadas entre sí por los músculos intercostales. Son huesos planos y curvados que se mueven durante la respiración. Las costillas están conectadas a las vértebras torácicas en la espalda. Anteriormente, los primeros siete pares de costillas (llamadas verdaderas) se unen al esternón, los tres siguientes (falsa) se unen entre sí y los dos últimos pares (flotantes) no se conectan a ningún hueso. El esternón es un hueso plano que se une a las costillas por medio del cartílago.

Hueso hioides

El hueso hioides es un hueso en forma de U que actúa como un punto de apoyo para los músculos de la lengua y del cuello.

Esqueleto apendicular

El esqueleto apendicular incluye los ‘apéndices’ del cuerpo; son los huesos de las extremidades superiores e inferiores y huesos que los unen al esqueleto axial, las llamadas cinturas escapular y pélvica, además de ligamentos, juntas y articulaciones.

Cintura escapular

La cintura escapular está formada por las clavículas y escápulas. La clavícula es larga y estrecha, se articula con el esternón y en el otro extremo con la escápula, que es un hueso plano y triangular articulado con el húmero (articulación del hombro).

Extremidades superiores

En las extremidades superiores, el húmero es el hueso más largo del brazo, se articula con el radio, que es el más corto y el lateral, y también con el cúbito, hueso plano y muy delgado. Los huesos de la mano son 27, distribuidos en carpos (8), metacarpos (5) y falanges (14).

Cintura pélvica

La cintura pélvica está formada por los huesos de la cadera, los huesos ilíacos (compuestos por el ilion, isquion y pubis fundidos) y son firmemente unidos al sacro. La unión de los huesos ilíacos, del sacro y del cóccix forma la pelvis, que en las mujeres es más larga, menos profunda y con la cavidad mayor, eso permite su abertura en el momento del parto para el paso del bebé.

Miembros inferiores

Los miembros inferiores son los huesos responsables de apoyar el cuerpo y el movimiento, ya que deben soportar el peso y el equilibrio. El fémur es el hueso más largo del cuerpo, tiene una cabeza redondeada para encajar en la pelvis. La rótula es un hueso sesamoideo, articulado con el fémur. La tibia soporta casi todo el peso en la parte inferior del cuerpo. El peroné es un hueso más débil, conectado con la tibia ayuda a mover el pie. Los huesos del pie se dividen en 26: tarsos (7), metatarsianos (5) y falanges (14).

Osificación y remodelación ósea

El proceso de formación ósea comienza alrededor de las primeras 6 semanas de edad y termina en el inicio de la vida adulta. Sin embargo, el hueso sufre continuamente un proceso de remodelación, en que parte del tejido existente es reabsorbido y nuevo tejido es formado.

En el embrión el esqueleto se compone básicamente de cartílago, pero esa matriz cartilaginosa va siendo calcificada y las células cartilaginosas mueren. Las células jóvenes denominadas osteoblastos actúan produciendo colágeno y en la mineralización de la matriz ósea, son formadas en el tejido conjuntivo y ocupan la matriz cartilaginosa. Sin embargo, en ese proceso son producidas lagunas y pequeños canales, que aprisionan los osteoblastos en la matriz ósea transformándolos en osteocitos, son esas células que están presentes en el hueso ya formado. Otro tipo de células óseas, los osteoclastos, son responsables por absorber el tejido óseo formado. Los osteoclastos actúan en la porción central de la matriz ósea y forman el canal medular.

Fracturas

En situaciones en las que los huesos están sometidos a una presión mayor que su resistencia puede romperse. Las fracturas también pueden ocurrir por estrés, cuando presiones pequeñas actúan repetidamente en el lugar, o por enfermedades como la osteoporosis, una condición en la que la desmineralización ósea sufre la pérdida de calcio en la sangre.

En el área del sitio en el que se produce la fractura es formado un coágulo de sangre, mueren células y la matriz ósea es destruida. Una intensa vascularización toma cuenta del lugar y existe proliferación de células precursoras de las células óseas originando un tejido reparador. En esa región se forma un callo óseo. Dependiendo del tratamiento y de las actividades realizadas por la persona, con el paso del tiempo el callo será sustituido por el hueso esponjoso y más tarde por el hueso compacto reconstituyendo el tejido como era antes.

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