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Semana Trágica de 1909

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Semana Trágica es el nombre utilizado para hacer referencia a los sangrientos acontecimientos desarrollados en Barcelona y otras ciudades catalanas, del 26 de julio hasta el 2 de agosto de 1909. En este periodo se produjo el enfrentamiento entre el ejército y la clase obrera, apoyada por los anarquistas, socialistas y republicanos. El desencadenante fue la movilización de las tropas reservistas decretada por el primer ministro Antonio Maura, para reforzar las tropas españolas en Marruecos.

España comienza en 1909 con Alfonso XIII como monarca y con Antonio Maura, del Partido Conservador, al frente del gobierno surgido de las elecciones celebradas el 21 de abril de 1907.Políticamente, España, que no se recuperará todavía del golpe moral por la pérdida de Cuba y las Filipinas en 1898, vivía inmersa en un sistema de alternancia bipartidista: el Partido Conservador y el Partido Liberal, que obtendría el gobierno por medio de unas elecciones afectadas por el caciquismo, sistema electoral en el que era conocido de antemano el partido ganador.

Socialmente, los obreros españoles estaban empezando a darse cuenta de la fuerza sindical y comenzaba a surgir el movimiento obrero en las zonas industriales y, especialmente, en Barcelona con la Solidaritat Obrera, una confederación sindical de socialistas, anarquistas y republicanos nacida como rechazo al Partido Conservador de Maura.

El desencadenante

Después de la pérdida de las últimas colonias de ultramar, España buscó una mayor presencia en el norte de África logrando el control sobre la zona norte de Marruecos.

El 9 de julio 1909 los obreros españoles que trabajaban en la construcción de un ferrocarril que uniría Melilla con las minas de Beni-Buifur, propiedad de una empresa controlada por el conde de Romanones y el marqués de Comillas, son atacados por la región de Cabilia.

Este pequeño incidente, que sería el comienzo de la Guerra de Marruecos (conflicto activo hasta 1927), sería usado por el gobierno de Maura para iniciar un proyecto colonialista en contra de la opinión popular española, imbuida en sentimientos de pacifismo y antimilitarismo.

Los reservistas fueron movilizados, muy mala decisión confirmada por las clases populares debido a la legislación de reclutamiento que permitía la exclusión a través de un elevado pago de un canon inalcanzable para la mayoría de la población. El gobernador Evaristo Crespo Azorín entró en Barcelona, el 6 de agosto de 1909, acompañado por el general Santiago

El domingo 18 de julio, la fecha del primer embarque previsto en el puerto de Barcelona, muchos aristócratas intentaron entregar a los soldados medallas y tabaco, lo cual provocó disturbios agravados al tener noticias de Marruecos y las numerosas bajas producidas en la zona de conflicto.

En Madrid se comprometieron a una huelga general para el 2 de agosto, pero en Barcelona, Solidaritat Obrera decide actuar por sorpresa y fija un paro de 24 horas para el lunes, 26 de julio, que degenera en la Semana Trágica.

El gobernador civil de Barcelona, Ángel Ossorio y Gallardo, dimitió de su posición de oponerse a la declaración del estado de guerra en la ciudad, siendo sustituido por el abogado valenciano Evaristo Crespo Azorín.

Fin del conflicto

La falta de una gestión eficaz hizo que un motín popular iniciase el declive. El gobierno actuó con el aislamiento de Barcelona y la difusión de la noticia de que los acontecimientos tuvieron un carácter separatista..

El mismo día llegaron tropas de refuerzo de Barcelona procedentes de Valencia, Zaragoza, Pamplona y Burgos para finalmente dominar entre el viernes, 30 de julio y el sábado, 31 de julio los últimos focos de insurrección popular. El saldo de los disturbios fue un total de 78 muertos (75 civiles y 3 soldados), medio millar de heridos y 112 edificios quemados (80 religiosos).

Represión

El gobierno de Maura, a través de su Ministro de Gobernación Juan de la Cierva y Peñafiel llevó a cabo la represión inmediatamente draconiana y arbitraria. Varios miles de personas fueron detenidas, de las cuales 2.000 fueron procesadas, resultando 175 penas de destierro, 59 cadenas perpetuas y 5 penas capitales. Además, fueron cerrados los sindicatos y ordenado el cierre de las escuelas laicas.

Los cinco acusados a muerte fueron ejecutados el 13 de octubre en el Castillo de Montjuïc. Entre ellos se encontraba Francesc Ferrer i Guàrdia, co-fundador de la Escuela Moderna, acusado de ser el instigador de la revuelta, basándose únicamente en una acusación formulada en una carta enviada desde Barcelona.

Estos tiroteos causaron un rechazo amplio de Maura en España y en toda Europa, organizando una gran campaña en periódicos extranjeros, así como las manifestaciones y los ataques a varias embajadas.

El rey, alarmado por estas reacciones, tanto en el exterior y el interior, cesa a Maura y lo reemplaza por el liberal Segismundo Moret.

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