Lo mas acordado, mas olvidado. …

Lo mas acordado, mas olvidado.
Dice que al igual que al herrero que de tanto machacar se le olvidaba el oficio, asi a veces se nos desvanece aquello que mas queremos recordar. Como aquella ancianeja que iba con su cantarillo de la leche repitiendo en voz baja: litro y medio… litro y medio…, y de repente, pisando ya el umbral de la lecheria, exclamo, consternada: Mal haya Pues no se me fue el santo al cielo….

4 Comentarios Quien no tiene ojos, iquestpara que …

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