Oliver Cromwell era el nombre más prominente en la revolución puritana inglesa (1642-1651), también conocida como Guerra Civil inglesa. Miembro de una familia de pequeños propietarios puritanos, Cromwell nació el 25 de abril de 1499, habiendo muerto el 03 de septiembre de 1658.
Su familia había recibido tierras que fueron confiscadas de la iglesia católica por el Estado durante la Reforma Protestante en Inglaterra. Con una formación religiosa puritana (nombre dado a los calvinistas en Inglaterra) y anticatólico, Oliver Cromwell fue elegido a la cámara de los comunes en 1628. Sin embargo, al año siguiente, el rey Carlos I (1600-1649) disolvió el Parlamento y gobernó autocráticamente hasta 1640.
La acción del rey condujo a Oliver Cromwell para alimentar una profunda aversión a su gobierno. Con la reincorporación del Parlamento en 1640, Cromwell volvió para componer el puritanismo defendiendo y atacando las acciones arbitrarias del rey. Con el estallido de la Guerra Civil, en 1642, llegó a componer las fuerzas de defensa bélica del Parlamento. Como uno de los hombres ante el llamado Nuevo Modelo de Ejército (New Model Army), Cromwell comenzó a ganar protagonismo en la escena política inglesa. Él formó una sección de caballería apodados como Ironsides, marcados por la combatividad y el fanatismo religioso.
Sus tropas lograron derrotar a las fuerzas realistas en varias batallas, resultando en la victoria en la Guerra Civil. Cromwell participó en la captura del rey Carlos I y el comienzo de su juicio. Con condena del rey a la muerte, en 1649, y su posterior decapitación, el Parlamento británico aprobó el poder de control en Inglaterra, aboliendo la monarquía y el establecimiento de la República, o Commonwealth.
El poder ejecutivo sería ejercido por un Consejo de Estado formado por algunos parlamentarios, entre ellos Oliver Cromwell como presidente. En este papel, Cromwell era capaz de erradicar los últimos focos de resistencia realista en Irlanda y Escocia. En el aspecto político-administrativo, abolió una serie de impuestos considerados abusivos y aceleraría el desarrollo del imperialismo marítimo inglés, desde 1650.
Con esta medida, se creaba la exclusividad del comercio marítimo en los puertos de los buques de bandera inglesa, atacando, de esta manera, el monopolio sostenido por mercaderes holandeses. Cromwell creó las bases para el desarrollo del imperialismo marítimo inglés.
En 1653, después de la aparición de la oposición a su gobierno tanto entre los conservadores como entre los sectores más populares, Oliver Cromwell disolvió el Parlamento, autodesignándose Lord protector de Inglaterra. En esta nuevo ejercicio, él derrotó a las Provincias Unidas, en 1654, y conquistó el territorio de Jamaica en 1655 de los españoles, transformándolo en principal espacio colonial inglés en el Caribe.
Pero la vida de Cromwell no duró mucho. En 1658, Cromwell murió, no se sabe si envenenado o por fiebre. Su cuerpo fue enterrado en la capilla de Westminster. Ricardo Cromwell, su hijo, fue su sucesor, pero no tenía el mismo carisma de su padre. En 1660, fue se produjo la restauración de la monarquía. El nuevo rey, Carlos II, decidió exhumar el cadáver de Cromwell y decapitarlo, exponiendo la cabeza del fallecido en la torre de Londres. A pesar de este intento de condena póstuma de Cromwell, nombre del líder de la República inglesa quedaría grabado en la historia.
Fotografía, Oliver Cromwell, © Samuel Cooper
