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La glucosa

La glucosa

En nuestros cuerpos existen sustancias esenciales para el funcionamiento de las células. Ejemplo de estas sustancias encontramos la glucosa, un monosacárido glúcido que es fundamental para la producción de energía metabolizada en cada célula. La importancia de la glucosa es tan grande que las células cerebrales consumen el 75% de la energía total de ese glúcido ‘producido’ por vía aeróbica.

De esta manera, la glucosa es esencial para el funcionamiento del organismo y la obtenemos básicamente a través de la alimentación. Mientras para suplir la caída en su cantidad en los intervalos entre las comidas o en periodos de privación, como en dietas, por ejemplo, nuestro organismo almacena esa sustancia en forma de glucógeno. El glucógeno es un polisacárido formado por millares de unidades de glucosa y, como todo polisacárido, no presenta sabor dulcificado. De esa forma, el glucógeno es una macromolécula que químicamente es considera como un polímero de cadenas ramificadas formado por la asociación de monómeros de glucosa.

El principal órgano de almacenamiento es la concentración de glucógeno hepático, en la que esta sustancia representa aproximadamente el 10% de su peso. Otro lugar donde podemos encontrarlo es en los músculos estriados esqueléticos, representando un importante elemento de apoyo energético. La cantidad de glucógeno en los músculos es muy pequeña (0,7% de su peso), sin embargo, debido a la gran cantidad de músculo, el valor del glucógeno es mayor que la cantidad almacenada en el hígado.

Durante nuestras comidas, los carbohidratos presentes en los alimentos son digeridos y, al final de su proceso de reducción, son absorbidos por el intestino siendo transportado por la sangre para todos los tejidos. Por lo tanto, aumenta la cantidad de glucosa circulante en la sangre. Esta cantidad pasa a ser superior a la necesidad orgánica y por lo tanto ese ‘excedente’ se almacena en forma de glucógeno.

A medida que la cantidad de glucosa circulante en la sangre va reduciéndose, el glucógeno almacenado va siendo degradado en glucosa, permitiendo que la cantidad de esta sustancia no alcance niveles muy bajos (hipoglucemia). La sustancia que señaliza esa transformación en el hígado es llamado de glucagón.

En momentos extremos, en los cuales nuestro organismo necesita de respuestas inmediatas, el glucógeno presente en los músculos estriados esqueléticos es rápidamente convertido en glucosa y esta es oxidada para la producción de energía. La sustancia que permite la liberación inmediata de esa reserva muscular es la epinefrina (adrenalina).

La síntesis o degradación del glucógeno se produce a través de las enzimas específicas, diferentes para cada proceso y difieren también en relación con el lugar de actuación. De esta manera, enzimas relacionadas a la síntesis que actúan en el hígado no participarán del mismo proceso realizado en los músculos. Así, la falta de determinada enzima compromete la acción del proceso (síntesis o degradación) realizado en aquel órgano específico, pero no interfiere en el proceso en otro órgano.

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