persiana
El utensilio es, seguramente, de invencion muy antigua, aunque es posible que empezara a utilizarse hace relativamente poco en Occidente, donde se usaban cortinas, celosias y contraventanas para impedir el paso de la luz a las habitaciones. En Inglaterra, por ejemplo, hay muy pocas casas y hoteles que tengan persianas.
El término es bastante reciente en nuestra lengua, porque hasta mediados del siglo XVIII no aparece en francés, el término persienne, femenino de persien, ‘persa, de Persia’, bien porque fue allí donde se tuvo por primera vez noticia del objeto, bien porque se consideró algo exotico, propio de la fiebre de orientalismo que en aquella época se vivia en Europa (agrave; baldaquin), y especialmente en Francia, donde lo oriental por antonomasia era lo persa: recordemos, por ejemplo, la obra de Montesquieu (1689-1755), las famosas Lettres persanes (Cartas persas) (1721), recopilacion de las supuestas cartas que envian a su pais dos persas de viaje por Europa, modelo de las Cartas marruecas de José Cadalso (1741-1782).
Es muy dificil saber si el español tomó el término directamente del francés o si, de forma paralela, creó persiana. Aunque en franca retirada, persiano y persiana se siguen utilizando en español, en convivencia con persa, como gentilicios de Persia, actual Irán.
