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huelga

huelga
Aunque la realidad social ha producido un notable cambio en el significado de esta palabra, lo cierto es que se ha cargado de valores negativos por cuanto que siempre revela la necesidad de hacer valer los derechos laborales ante una situacion que se considera injusta, que es donde realmente reside lo negativo. Modalidades más modernas como la huelga a la japonesa, o la huelga de celo aparte, parece que la primera idea que produce la palabra huelga es la de ‘protesta’, más o menos pacifica, que conserva un viejo resto de ‘parada, detencion, interrupcion de la actividad’ como forma de hacer notar que algo no va bien.
Ese remanente antiguo de la palabra es precisamente el que la une con su origen, a través del verbo holgar, de antigua presencia en nuestro idioma y con significados proximos a ‘descansar, tomar aliento, estar ocioso, no trabajar’. Este verbo tuvo en español la forma anticuada de folgar, ‘descansar’, aunque su precedente latino tenia un significado un poco diferente. En efecto, encontramos su origen en el latin vulgar, en el verbo follicare, que significaba ‘jadear’, es decir, ‘respirar profundamente, como un fuelle’, tomada de la palabra latina follis, ‘el fuelle’ (agrave; follar). A partir de aqui, este valor empezó a asociarse con la idea de ‘descansar’, por una simple asociacion de ideas: el sonido del fuelle resoplando recuerda sin problemas el jadeo de una persona: como cuando se para de trabajar (o de cualquier otra actividad fisica) y, por fin, se descansa y se resopla, segun la idea cierta de que si alguien jadea por un esfuerzo realizado, es porque descansa, y así llegamos a voces como holgazán (que siempre estaria descansando) y, por otro camino y con otras connotaciones, a agrave; juerga.
De ese ‘respirar’, que pasó a valer ‘descansar después de trabajar o caminar (o correr)’, hasta llegar al antiguo valor de ‘estar ocioso’, tenemos un excepcional testimonio en el nombre del precioso monasterio burgalés de Las Huelgas, el lugar fundado en 1187 por Alfonso VIII y doña Leonor de Aquitania para descansar de los afanes de la Corona.
Esta idea fue imponiéndose para llegar a referirse unicamente a ‘descansar’, lo cual no debe extrañar si recordamos expresiones españolas como tomarse un respiro (‘descansar’), dejar a alguien respirar, con el mismo valor.

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